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lunes, 6 de octubre de 2008

Parece condenaaaa

Parece condenaaaa

Chile envejece, la familia está destruida, la miseria alcanza a importantes sectores ciudadanos, el materialismo nos ha corrompido, los valores se han perdido, la historia se ha falseado, el engaño se ha tornado en practica corriente, la seguridad no existe, la educación es una estafa, la salud un mito, nuestros ancianos están abandonados, el futuro es una interrogante que preocupa.

Según nuestra visión, muy particular por cierto, los 20 años que han transcurrido desde que la concertación ganó el plebiscito has sido un periodo de frustraciones, de desengaños, de sueños secuestrados por la incapacidad de los Gobernantes, de oportunidades pérdidas, de promesas incumplidas, de oportunidades derrochadas, de una corruptela impresionante.

Hace 20 años, y un día, comenzamos a cumplir una condena durísima, en la que los Administradores del Estado se han farreado posibilidades nunca vistas en nuestra historia, en los que han saqueado miserablemente la caja Fiscal y que los fondos que no se han rapiñado, o se han malgastado o simplemente han sido desviados con la finalidad de aferrarse al poder conseguido.

Lo han prometido todo, no han cumplido nada, de la alegría que ofrecieron solo queda el mal sabor de una pesadilla que no termina nunca, del término de la miseria prometieron solo hemos cosechado una mayor concentración de los capitales y salarios miserables, de la vida y la paz a que nos invitaron solo queda un país de gente aprisionada por la delincuencia.

Lo han tenido todo para hacer Administraciones de lujo, mayorías Parlamentarias, oposición obsecuente, dinero a manos llenas, un pueblo adormecido por las aplicación de políticas que lo han narcotizado con palabrería dulce, y como resultado, que está a la vista, los peores Gobierno que ha tenido el país en sus casi doscientos años de historia republicana.

Ahora, que estamos en proceso electoral, con los primeros comicios en unos pocos días más, han desempolvado su artillería de promesas vanas, con la esperanza que nuevamente serán capaces de engatusarnos con sus eslóganes pegadores o sus ofrecimientos vacíos. De nosotros depende, de nuestros votos, continuar siendo humillados por una coalición unida solo por sus ambiciones y el poder.

Llamamos a nuestros(as) amigos y amigas a comprometerse con el proceso, a trabajar para aventar al oficialismo del poder, con lo que al menos tendremos la posibilidad que lleguen personas más capacitadas, con visiones de país, que nos lleven, de nuevo, a recuperar la senda del desarrollo y el camino de la Justicia.

Votar contra quienes nos han mentido, contra quienes han forjado ilusiones en un pueblo que lo ha pasado mal, contra quienes han usufructuado de los dineros públicos, es un derecho constitucional, sancionar a aquellos que han abusado de las necesidades de los más humildes, con miserables afanes de poder y riqueza, es un imperativo moral ineludible.

Sin odiosidades, sin rencores, sin miedo ni temores, utilicemos nuestros votos, nuestra porción de la soberanía popular, para decirle que NO a una coalición fracasada y engañosa, para reafirmar las necesidades de progreso y la determinación popular de terminar con los abusos, los escamoteos de os recursos nacionales y producir, por fin, una verdadera justicia social.