A pesar del optimismo con que se espera que la Cámara de Representantes apruebe el salvataje a las Corporaciones Financieras, con un costo elevado a unos 850 mil millones de dólares, los mercados siguen actuando nerviosamente y son golpeados nuevamente por las negativas cifras que entrega la economía norteamericana.
Después del leve repunte registrado en las operaciones del miércoles, ayer las bolsas tuvieron estrepitosas caídas, el Dow Jones marco un descenso de 3,32%, el Standard & Poor´s tuvo una baja de 4,02% y el índice tecnológico Nasdaq terminó con una declinación de 4,48%.
Comentaristas especializados y economistas coinciden en señalar que los Estados Unidos están entrando a un claro proceso recesivo, con similitudes impactantes con otros periodos de depresión, y si bien el paquete oficial de medidas estimulará el mercado financiero, existen dudas que levantará la economía.
Para hoy se esperan las cifras oficiales de desempleo, que no se espera que sean positivas, las cifras de los últimos días han reportado una baja de los créditos, un descalabro de la industria automotriz, un descenso de 4% en las órdenes de compra industriales y una sensible reducción de los precios de la vivienda.
Si se aprueba el salvataje, de lo que persisten razonables dudas, existe consenso casi unánime de que queda un duro y largo camino por recorrer, pues las confianzas perdidas son difícilmente recuperables, además de demostrarse una inesperada debilidad de todos los sectores de la actividad en el país del norte.
Tal como se ha visto en los últimos meses, se espera una baja sostenida de los Commodities, la aceleración de las bajas en el consumo y la producción, un fuerte crecimiento del desempleo, procesos inflacionarios con marcada inclinación al alza y cambios impredecibles en los sectores financieros.
Los más optimistas consideran que esta crisis demorará al menos dos trimestres en estabilizar los mercados, mientras los más pesimistas creen que pasarán varios años antes de que el mundo pueda volver a sendas de desarrollo y muchos más en la recuperación de los índices de vida perdidos.
Sin duda todo el mundo se vera afectado por la conflictiva situación que viven los mercados, existiendo una generalizada ponencia que la recesión ha comenzado, como lo indican los informes del BID, que amenaza con mayor fuerza a los países en vías de desarrollo y básicamente a aquellos que dependen de las exportaciones de materias primas.
Un indicador sorprendente es el desplome de los precios del petróleo, que en Julio tenía valores a los US$ 145 por barril y que ayer cerró en los US$ 93, 85, y las bruscas caídas que ha tenido el cobre, que de precios cercanos a los US$ 4 por libra, sigue a la baja, con un cierre, ayer, de US$ 2,82
Las perspectivas no son muy halagüeñas, lo que hace recomendable evitar endeudarse, de ser posible bajar el nivel de deudas, defender, con mayor productividad e incluso de obsecuencia con la parte patronal, los empleos y programar los retiros, jubilaciones, a plazos superiores que los legales.