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jueves, 20 de marzo de 2014

¿Cuánto Estado Social y por cuánto tiempo?, por Álvaro Góngora.






¿Cuánto Estado Social y por cuánto tiempo?,
por Álvaro Góngora.


El lema del Gobierno es "más y mejor Estado", en servicios públicos, se entiende; en fiscalización y regulación, pero también impulsando la productividad y el desarrollo, se dice. El programa es amplísimo al respecto. Se aspira a instaurar un Estado Social que asume como mandato los derechos económicos, sociales y culturales, propiciando mayor igualdad. Una concepción política derivada del Estado de Bienestar.


Fórmula que surgió a fines del siglo XIX en Occidente, hasta consolidarse en Europa promediando el siglo siguiente. ¿Su predicamento? Resolver desigualdades provocadas por la Gran Depresión y la Segunda Guerra. Hubo diferentes modelos según países, aunque con funciones más o menos similares: redistributivas, protección social, educación gratuita, empleo público, vivienda. Fue la institucionalización de los llamados derechos sociales garantizados para todo ciudadano. Sin duda hubo progreso económico, pero fue variable acorde con el modelo y la economía mixta de mercado implementada.


Chile asumió la tendencia. Los Gobiernos de Arturo Alessandri, Carlos Ibáñez y, especialmente, de los Presidentes radicales, estuvieron inspirados en la idea de Estado Benefactor. Se promovió la intervención Estatal en forma creciente, controlando las variables macroeconómicas más importantes. Incluso la entidad fomentó la industrialización, mediante medidas proteccionistas, con empresas Estatales y otorgando incentivos y respaldo técnico a otras semifiscales y privadas (Corfo). El gasto se elevó considerablemente para satisfacer demandas, en alza, de sectores populares y medios, siendo la fuente de recursos financieros un repertorio de ingresos tributarios, contribuciones previsionales y un crecimiento económico solo razonable.


Sin embargo, la migración campo-ciudad y la inclusión democrática de nuevos grupos sociales que exigieron acceder a dichos beneficios terminaron por hacer colapsar el sistema. La base de sustentación del modelo fue insuficiente. Conste que era un país distinto y mejor preparado que el actual en términos demográficos. La población era abundante, con tasas de natalidad que aseguraban el recambio generacional y una fuerza laboral adecuada para solventar las necesidades tributarias y productivas.


Hoy el panorama es otro. La fecundidad está bajo la tasa de recambio (1,8 hijos por mujer; en 1950 eran 5,4), ubicándonos entre los países de menor natalidad continental, situación que puede empeorar. Hay más solteros que casados, los matrimonios son más tardíos, el 14% de los hogares son unipersonales, se prefiere la convivencia en general y entre personas del mismo sexo en particular (hoy 35 mil parejas). Considérese además que la mortalidad ha descendido apreciablemente, situando la esperanza de vida al nacer por sobre los 83 años para ambos sexos. Las proyecciones demográficas del INE al año 2050 auguran un estancamiento y envejecimiento poblacional.


¿Posibles repercusiones, sin contar escenarios externos negativos? Demanda por bienes y servicios decreciente, contracción del ahorro y productividad, fuerza laboral sin impulso o estancada, y recursos geométricamente menores para financiar programas de previsión, salud y otros.


Se trata de una variable que el programa del Gobierno que comienza no considera. No se conocen fórmulas y mecanismos, pero, con tanta política pública de largo plazo proclamada en favor de los derechos sociales -"cambios estructurales"-, es razonable preguntar si podrán mantenerse en el tiempo o qué dimensión podrá alcanzar el Estado Social con esta transición demográfica, que no es menor. ¿Se hizo la prospección en cuestión o es un salto al vacío? ¿Qué cree usted? ¿La base económica será suficiente esta vez?


(Tomado de Emol y reproducido por considerar que el tema es de vital importancia al considerar los ofertones con que Bachelet llegó a La Moneda.)

sábado, 8 de marzo de 2014

Maduro: ¿Quién es el fascista?



Maduro es totalitario, ignorante e inconsecuente, como lo demuestra esta imagen en la que intervino descaradamente en los asuntos internos de Honduras.



Maduro: ¿Quién es el fascista?,
por Hermann Hudde.


Ante la continua violencia física y verbal por parte del "Gobierno" en contra de los ciudadanos que ejercen su derecho constitucional de protestar pacíficamente y de opinar como deseen, la pregunta que hay que hacerse es: ¿Quién es el fascista? Maduro, te voy a explicar algunas de las acciones que tú y el cogollo que te rodea (asesorado por los hermanos Castro y su G-2) han estado utilizando en contra de la población venezolana, las cuales son reconocidas y definidas por las Ciencias Sociales como: Fascismo.


1) Tú discurso y acciones se basan en desconocer o disminuir con insultos y represión a tu opositor político, así como a la Constitución y a las leyes. ¿Ya se te han olvidado todas las ocasiones en las cuales no has hecho lo que está escrito en la Constitución redactada por ustedes?


2) Tú discurso se basa en la división y la lucha de clases de manera que siempre puedas acusar a la oposición de tus errores, en vez de asumir tu responsabilidad por los frecuentes fallos. ¿Por casualidad has escuchado de la Teoría del Enemigo Interno?


3) Tú discurso y lenguaje corporal promueven y endiosan la violencia. Este recurso lo usaron Hitler y Mussolini. ¿O no te has dado cuenta de que levantas el puño al frente de tus seguidores? No importa cuántas veces te vistas de blanco, invoques a Sai Baba o hables de "amor". La verdad pura es que estás ahí defendiéndole los intereses a los hermanos Castro y a Cuba.


4) Tú y tu cogollo han secuestrado, concentrado e inutilizado los poderes públicos del sistema democrático y republicano que tanto odian y esto es una práctica muy fascista en la historia de la humanidad. En los países con instituciones sólidas esto no ocurriría; asimismo, en la democracia la división de poderes, no solamente se mantiene, sino que se defiende para proteger a los ciudadanos frente al abuso del Estado.


5) Otra práctica común en lo regímenes fascistas es la de conectar al pueblo (no ciudadanos) con el Estado de una manera paternal y de dependencia; en la que el pueblo abandona su independencia y libertad cediéndosela al Estado. Además el Estado le agrega el ingrediente militar a las instituciones subyugándolas para hacer lo que dicta la única voz permitida.


6) En los regímenes fascistas no hay instituciones ni leyes sino la figura única y central que rige la vida y el destino de los "gobernados". Verbigracia: Castro, Hitler, Gaddafi y, lamentablemente para la humanidad, otros más.


7) La propaganda estatal para adoctrinar, la concentración estatal de los medios de comunicación, el cierre de medios independientes, la represión y censura de periodistas es otra forma en la que el fascismo se impone en una nación. ¿Te has preguntado cuántos medios de comunicación independientes existen en Corea del Norte, Irán, Bielorrusia o, por ejemplo, en tu amada Cuba?


Los regímenes fascistas siempre han creado una organización paramilitar paralela en caso de que las verdaderas fuerzas armadas no se plieguen a la pauta del guión represor. ¿Te suena esto familiar?


Tomado de Diario El Universal de Caracas.

martes, 4 de marzo de 2014

Un pueblo desarmado e inerme libra su última batalla...



No es de la CIA, ni gringo, no es Paraco, ni guerrillero y tampoco estuvo en los Oscar, simplemente es un abuelo venezolano brutalmente agredido por el chavismo y sus fuerzas represivas.



Un pueblo desarmado e inerme libra su última batalla.


El estallido social en Venezuela es la última oportunidad del pueblo antes de caer en la tiranía sin retorno de Cuba. Este enfrentamiento es claramente terminal. No hay ya espacio a negociaciones o conversaciones que puedan servir a la gente para aflojar el yugo totalitario. Cualquier parlamento o alivio de la presión de las movilizaciones incrementará la capacidad del régimen para sofocar toda capacidad de reacción o defensa.


El régimen chavista tiene el control de todo el aparato gubernativo central y de las otras dos sedes de poder: el legislativo y el de justicia. No existe ya en Venezuela la posibilidad de que un juez contradiga una orden del ejecutivo y no existe en la Asamblea Nacional nada parecido a una oposición que pueda hacer valer su voz y menos sus votos.


El castrismo descubrió que por la vía de violentar la institucionalidad política, abriéndose paso a codazos por los resquicios legales, es posible aparecer como "democrático" o mayoritario, aún cuando es imposible que pueblo alguno se resuelva legítima y libremente por el socialismo, fracasado en todo el mundo.


En Chile conocemos este método. Allende accedió al poder pese a no haber alcanzado el mínimo de votos necesarios. La contienda entre quienes obtuvieron más votos (Alessandri y Allende) fue resuelta por un Congreso de mayoría democristiana que prefirió al castrista (aún sabiendo el riesgo de entregar el país a un grupo fanático) por conveniencia política.


Sin embargo, el castrismo representado por Allende copó la acción pública y se lanzó en su programa totalitario como si éste hubiera sido lo que las grandes mayorías esperaban. Los jueces fueron neutralizados impidiendo que la policía substanciara sus órdenes (el ministro de justicia de Allende advirtió que "la revolución respetaría al estado de derecho mientras el estado de derecho no estorbara los planes de la revolución"), los congresistas se vieron impotentes frente a un poder ejecutivo lanzado a su propio arbitrio mientras las ciudades y los campos eran arrasados por grupos que arrasaban la propiedad y tomaban control "para el pueblo" de industrias y de la agricultura.


Aunque lo intentó, lo que no alcanzó a completar el castrismo chileno fue el control de las fuerzas armadas y de los medios. Y esa es una lección que los Castro aprendieron muy bien y que "corrigieron" para el caso de Venezuela.


Hoy los venezolanos están inermes frente a una dictadura todopoderosa disfrazada de "institucional" que simplemente lo controla todo.


Eso hace que esta lucha que libran los venezolanos tenga componentes de heroísmo que merecen una cobertura más honesta por los medios internacionales.


Se trata de un pueblo desarmado que libra su última batalla.


Pero además de librar SU batalla están librando la nuestra, de toda América. Si lograran derrotar a la dictadura, lo más probable es que a poco andar caiga la tiranía cubana y las demás dictaduras "institucionales" del continente empiecen a desplomarse.


Razón de sobra para apoyarles con todo lo que tengamos.





NO A LA VISITA DE MADURO, CASTRO Y OTROS DICTADORES DEL CONTINENTE  A NUESTRO PAIS.