Ante las alecciones del 26 de Octubre
Frente a las elecciones Municipales, en 12 días más, es importante tener en cuenta los resultados de índices importantes como la desaceleración económica, el crecimiento del desempleo, la inflación creciente, la escasa factibilidad de las familias chilenas de ahorrar, las perspectivas de futuro, las posibilidades de mejoría societaria, las malas inversiones que ha realizado el Fisco, como EFE o Transantiago, el retroceso en la educación, la mala salud que proporciona el sistema publico,, el cumplimiento de las promesas electorales.
Sin duda este análisis debe llevarnos a concluir que estamos muy mal gobernados, que hemos sido engañados en el periodo electoral y que posteriormente la Administración ha seguido en campaña, ampliando un ofertón que no han demostrado intención alguna de cumplir. Como si esto fuera poco, y que afecta de manera preocupante la vida de nuestros conciudadanos, constatamos una soberbia impactante, una campaña de desprestigio increíble manipulada desde La Moneda contra todos aquellos que tienen la osadía de oponerse al Gobierno.
Con una prepotencia preocupante y un manejo falaz de las argumentaciones, en especial realizada por los Ministros del área política, Pérez Yoma, Vidal, Viera Gallo, hemos sido testigos de una inmensa manipulación destinada a tirar bajo la alfombra la inmensa corrupción que la concertación ha inoculado en el Sistema Publico y que se sigue utilizando de manera intensiva, además de un preocupante intento por culpar a los demás de las enormes falencias e incapacidades que ha demostrado el equipo que encabeza la Presidente Michelle Bachelet.
Según nuestra visión, a pesar de los inmensos recursos con que han contado los dos Gobiernos socialistas de los últimos tiempos, Lagos y Bachelet, contestes que han contado con una oposición bastante colaborativa que les ha apoyado casi todas sus proposiciones, y en la seguridad que han mantenido en el “puño” a todos los otros poderes del Estado, sea por financiamiento a la Justicia o por chantaje al Congreso, hemos tenido administraciones que se han enfocado más en la propaganda que en las realizaciones que necesita el país.
Han privilegiado agendas que se preocupan básicamente de los asuntos que solo interesan a aquellas minorías que han hecho de la política su medio de vida han dejado abandonados los asuntos que se refieren a los problemas reales de la población, como la seguridad o la necesidad de fomentar con firmeza la industrialización del país, abandonando a las pequeñas y medianas empresas, que son las que proporcionan el 80% de los puestos de trabajo, a su suerte, provocando una alta cesantía y una pérdida de las ilusiones de mejoría.
Este cuadro, que no es precisamente halagüeño, debe ser considerado al momento de emitir nuestros sufragios y llevarnos a votar por la posibilidad de un cambio en la dirección del país, considerando básicamente que al elegir a otros es muy probable que lo hagan mejor, pues llegarán con nuevas ideas y sin las máquinas de poder con que el oficialismo ha hecho tanto daño al país. Debemos tener la seguridad que llegue quien llegue, que no sea de la concertación lo hará mejor, nadie podría hacerlo tan mal como esta desgastada coalición que está en el Gobierno.
Sin duda este análisis debe llevarnos a concluir que estamos muy mal gobernados, que hemos sido engañados en el periodo electoral y que posteriormente la Administración ha seguido en campaña, ampliando un ofertón que no han demostrado intención alguna de cumplir. Como si esto fuera poco, y que afecta de manera preocupante la vida de nuestros conciudadanos, constatamos una soberbia impactante, una campaña de desprestigio increíble manipulada desde La Moneda contra todos aquellos que tienen la osadía de oponerse al Gobierno.
Con una prepotencia preocupante y un manejo falaz de las argumentaciones, en especial realizada por los Ministros del área política, Pérez Yoma, Vidal, Viera Gallo, hemos sido testigos de una inmensa manipulación destinada a tirar bajo la alfombra la inmensa corrupción que la concertación ha inoculado en el Sistema Publico y que se sigue utilizando de manera intensiva, además de un preocupante intento por culpar a los demás de las enormes falencias e incapacidades que ha demostrado el equipo que encabeza la Presidente Michelle Bachelet.
Según nuestra visión, a pesar de los inmensos recursos con que han contado los dos Gobiernos socialistas de los últimos tiempos, Lagos y Bachelet, contestes que han contado con una oposición bastante colaborativa que les ha apoyado casi todas sus proposiciones, y en la seguridad que han mantenido en el “puño” a todos los otros poderes del Estado, sea por financiamiento a la Justicia o por chantaje al Congreso, hemos tenido administraciones que se han enfocado más en la propaganda que en las realizaciones que necesita el país.
Han privilegiado agendas que se preocupan básicamente de los asuntos que solo interesan a aquellas minorías que han hecho de la política su medio de vida han dejado abandonados los asuntos que se refieren a los problemas reales de la población, como la seguridad o la necesidad de fomentar con firmeza la industrialización del país, abandonando a las pequeñas y medianas empresas, que son las que proporcionan el 80% de los puestos de trabajo, a su suerte, provocando una alta cesantía y una pérdida de las ilusiones de mejoría.
Este cuadro, que no es precisamente halagüeño, debe ser considerado al momento de emitir nuestros sufragios y llevarnos a votar por la posibilidad de un cambio en la dirección del país, considerando básicamente que al elegir a otros es muy probable que lo hagan mejor, pues llegarán con nuevas ideas y sin las máquinas de poder con que el oficialismo ha hecho tanto daño al país. Debemos tener la seguridad que llegue quien llegue, que no sea de la concertación lo hará mejor, nadie podría hacerlo tan mal como esta desgastada coalición que está en el Gobierno.