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viernes, 29 de noviembre de 2013

Sí, realmente es posible, por Mario Montes.



Vamos a votar e incentivemos a una persona  que no lo haya hecho en primera vuelta para revertir los malos presagios que amenazan a nuestro país con el retorno de la corrupta ex concertación al poder, ahora con los comunistas y un programa claramente totalitario.




Sí, realmente es posible,
por Mario Montes.


La única cosa necesaria para el triunfo del mal es que las personas buenas no hagan nada.
Edmund Burke.


Aunque agoreros, derrotistas y pesimistas proclamen que el resultado de balotaje del 15 de diciembre está definido y que ya está decidido quien será la próxima Presidente, creemos que esta determinación popular se encuentra totalmente abierta.


Se aduce que la diferencia entre ambas postulantes es irremontable o que es más fácil obtener los pocos puntos que le faltan a Michelle Bachelet que lograr el 25 por ciento que necesita Evelyn Matthei para alzarse con el triunfo que le permita llegar a La Moneda.


Creemos que es vital considerar que los zurdos, que son mucho más disciplinados y comprometidos, fueron en su mayoría a las urnas en la primera ronda y que la escasa participación, un 50%, deja en suspenso corolario de la justa electoral.


El triunfalismo de los ganadores del proceso realizado el 17 de noviembre puede ser peligroso, pues quienes votaron por otros candidatos alternativos de izquierda lo hicieron contra la postulante de la Nueva Mayoría y avalaron la idea de que su proyecto no es bueno para el país.


La desesperanza de las huestes de la alianza tiene poco sentido, porque es cosa que en los 15 días que restan para la segunda vuelta se trabaje seriamente para movilizar a los millones de chilenos que no sufragaron, por desidia, comodidad o molestia, para dar vuelta el resultado.


Los chilenos estamos acostumbrados a luchar contra resultados supuestamente predefinidos, básicamente por una publicidad engañosa y  a pesar de las encuestas, por lo que es claro que sí se puede ganar la contienda del 15 de diciembre. Es cosa de querer.


La pega de quienes no quieren ver de vuelta a la corrupta ex concertación, hoy nueva mayoría por la incorporación de los comunistas, es salir a captar los votos de esa inmensa mayoría que no se manifestó hastiada de las peleas políticas de baja monta.
 


jueves, 28 de noviembre de 2013

Decodificando el “progresismo”, por Mario Montes.



Decodificando el “progresismo”,
por Mario  Montes.


Revisando el programa de Gobierno de la candidatura de izquierda, viendo sus actitudes,  escuchando a sus voceros, y a los nuevos asociados de la concertación, el PC,  ahora camuflados bajo el rotulo de nueva mayoría,  además de algunos de sus antiguos militantes y dirigentes más extremos creemos imperativo decodificar que es lo que pretenden en Chile.


Es evidente que quieren terminar con el sistema de mercado, ellos, como idolatradores del Estado no pueden permitir algo fuera del poder al que aspiran, con lo que las libertades ciudadanas se acaban, pues dependen del nuevo “patrón” para tener la posibilidad de trabajar, poder movilizarse libremente por el país  y hasta para tener alimentos para sus hijos.


Los “nuevos” modelos a imitar son la Corea del Norte, ese país donde se ajusticia a los cristianos por el delito de tener una biblia,  el retrogrado sistema de la tiranía cubana de los hermanos Castro o el socialismo del siglo XXI que ahoga las libertades de los venezolanos y les tiene haciendo degradantes filas para obtener los alimentos básicos  por un desabastecimiento provocado desde el Gobierno.


Durante los últimos 25 años han horadado todos los pilares de la República, la Constitución, que quieren abrogar, ha sido lentamente desmantelada, la familia ha sido simplemente destruida, las iglesias han sido convenientemente desprestigiadas, la Justicia suprimida, las fuerzas del orden demolidas en sus atribuciones y desautorizadas en sus actuaciones.


De manera paralela han modificado los Códigos Legales de manera de otorgar todas las libertades y la defensa a la delincuencia, que campea en nuestra tierra junto al terrorismo, mientras se ha dejado en la absoluta indefensión a los ciudadanos de trabajo que han debido transformar sus viviendas y lugares de faena en verdaderos lugares de reclusión.


Junto a lo anterior estos elementos se la están jugando por una plena participación en las organizaciones multilaterales cercanas al bolivarianismo y como muestra de esta integración están dispuestos a entregar parte de la soberanía de nuestro territorio, que tantas vidas ha costado a nuestro pueblo mantener y defender, a otros países que nada aportan a los chilenos.


Por obra de los cuatro Gobiernos de la ex Concertación la Justicia está totalmente bajo control izquierdista, como resultado de las elecciones de noviembre el Parlamento quedó en sus manos, si les dejamos ganar la Presidencia, sobre todo considerando su escaso compromiso democrático, claramente estarán en riesgo las libertades ciudadanas.


Si queremos esto para nuestra Patria la solución es simple, votar por el retorno de esta gente al poder Ejecutivo, con lo que obtendrán en poder total, otra forma indirecta de apoyarles es no concurrir a votar, sufragar en blanco o sencillamente anular el mandato convirtiéndose en cómplices  de la destrucción de nuestra institucionalidad y del retroceso negativo a situaciones del pasado.


Finalizando estas reflexiones creemos que es importante recordar algunas  palabras del escritor español Francisco de Quevedo (1580- 1645), uno de los grandes autores  de las letras hispanas en el llamado Siglo de Oro, que nos advierte claramente que “donde hay poca justicia es un peligro tener razón” y que “nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”.