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sábado, 25 de octubre de 2008

Consumismo se acelera



Si bien es cierto el titulo de esta nota va en el sentido contario de lo que muestra la realidad del mundo, que observa con pánico el inicio de un proceso recesivo que se espera sea largo y sumamente duro, lo hemos empleado para referirnos a los efectos que producirá esta crisis.

Si duda la venta de bienes duraderos, la construcción, la industria automotriz, y hasta los alimentos básicos, tendrán una severa contracción de sus ventas y veremos a la gente cuidar más, reparar los artefactos, mantener sus vehículos, recuperar sus viviendas y hasta hacer durar más las prendas de vestir.

Así veremos a casi toda la gente con su mismo automóvil, con su misma lavadora y refrigerador, con su mismo traje, con su misma habitación, con sus mismos problemas de siempre, pero acentuados con la falta de liquidez de los mercados, el temor al riesgo y hasta con la pérdida acelerada de trabajos.

Los efectos de esta crisis, que el mismo ex Presidente del Banco Central de Estados Unidos, Alan Greenspan reconoció había infra valuado sus resultados y haber sub estimado los efectos de la crisis sub prime, y que tienen al mundo en jaque, a nosotros nos parece el inicio de un reventón en cadena de burbujas.

Los créditos habitacionales, con viviendas valuadas a sobre precios escandalosos, los créditos automotrices otorgados de manera imprudente y los créditos de consumo asignados con criterios de “crecimiento”, pero dejando de lado la prudencia y las capacidades de pago sin duda tendrán el efecto de otro terremoto.

Pensamos que el “voluntarismo” optimista con que las empresas especuladoras han intentado exprimir de manera permanente al mundo y la inmoral desidia de los Gobiernos que los llevó a reaccionar tarde, colocando, además los incentivos en los causantes de la crisis y no en los afectados amplifica los efectos de este maremoto.

El cinismo de las entidades financieras, que gozaron de las inmensas “ganancias” que produjo la irresponsabilidad de sus actos en muchos casos corruptos, y que al producirse la situación de emergencia han clamado a los Gobiernos para que “socialicen” sus pérdidas nos parece escandalosamente intolerable.

El apoyo que las administraciones centrales han proporcionado a entidades quebradas por la ineptitud de sus directivos, la codicia de sus directores y la ceguera de los entes encargados de la fiscalización nos parece de una temeraria irresponsabilidad, pues seguirá empobreciendo a los pobres y enriqueciendo a los poderosos.

Los anuncios de que los dineros que el contribuyente a puesto para salvar la crisis no son más que voladores de luces, pues una vez que se realicen, se vendan, los activos tóxicos, es decir los esos que no tienen valor, las recaudaciones seguramente alcanzarán solo para pagar los intereses por los dineros solicitados para el salvataje.

Pensamos que los Gobiernos deben cambiar de enfoque y comenzar a hacer las cosas bien, fomentando el consumo de la gente subvencionando directamente a los consumidores, pues en caso contrario seguiremos viendo como estos ejecutivos hábiles “desaparecen” los recursos en marañas contables muy bien elaboradas.

Las recomendaciones a nuestros ciudadanos es a no seguir adquiriendo deudas, a tratar de eliminar las existentes, a cuidar las fuentes de trabajo, a aumentar la productividad, a consumir productos nacionales que son los únicos que pueden producir trabajo a nuestros compatriotas, a mantener una seria disciplina de ahorro.

Creemos que vienen malos tiempos a nivel mundial, que se verán amplificados por las escasas capacidades de quienes han administrado el Estado, lo que sumado a una amoralidad corrupta y a una brutal ineficiencia fiscal, nos llevará a pagar doblemente la cuenta de la crisis importada.