Pérez Yoma nos ha demostrado que la intervención electoral, vicio que destruye la democracia, se encuentra funcionando viento en popa y los justifica diciendo que son políticos y que no se quedarán encerrados en La Moneda.
A nosotros nos parece que la justificación agrava la falta, pues demuestra un absoluto cinismo para enfrentar una crítica real sobre hechos que moralmente son repudiables, además de olvidarse que son servidores públicos pagados por los chilenos.
El Ministro Francisco Vidal, que en su verborrea dice algunas cosas lógicas, afirmó a raíz de la ausencia de algunos Secretarios de Estado a los actos de conmemoración el triunfo del NO, que sus cargos son de 24 horas al día.
Ni la Presidente de la Republica, ni los Ministros o Subsecretarios tienen derecho, desde el momento en que son pagados por todos los chilenos, a usar sus cargos en beneficio de sus legítimas, pero personales, ideas políticas.
La intervención electoral implica el uso de cargos destinados al servicio del pueblo con fines personales o grupales, lo que además de conformar una amoralidad extrema implica un abuso inmenso.
Escuchar a la Presidente haciendo emplazamientos, los que lee de lo que le preparan sus asesores, o verla inaugurando cualesquier cosa es algo que nos debe llevar a meditar, pues son situaciones que ridiculizan y restan nobleza al cargo que ostenta.
La Presidente parece haberse olvidado que Constitucionalmente es la Gobernante de todo el país y que se debe a todos los chilenos, dedicándose a burdas labores de proselitismo político que empequeñeces sus funciones.
Presidente, ya no está en campaña, ya nos engatusó con su programa “mula”, ahora sus obligaciones son de deshacer los entuertos en que han metido al país y solucionar los acuciantes problemas de la población.
No nos gusta la idea de verla reflejada en la historia encabezando el Gobierno que ha tenido más recursos, que ha tenido todas las posibilidades y que sin embargo realizó una de las peores gestiones de las que haya recuerdo.
Curiosamente las tres administraciones que han sido encabezadas por socialistas, Allende, Lagos y la suya, solo serán recordadas como un paréntesis en el desarrollo y como tiempos absolutamente perdidos.
Le queda un año y medio para cambiar la imagen, por favor aprovéchelo bien, no para actitudes politiqueras, reformulando su agenda para preocuparse de las soluciones que el pueblo espera con ansiedad.
A nosotros nos parece que la justificación agrava la falta, pues demuestra un absoluto cinismo para enfrentar una crítica real sobre hechos que moralmente son repudiables, además de olvidarse que son servidores públicos pagados por los chilenos.
El Ministro Francisco Vidal, que en su verborrea dice algunas cosas lógicas, afirmó a raíz de la ausencia de algunos Secretarios de Estado a los actos de conmemoración el triunfo del NO, que sus cargos son de 24 horas al día.
Ni la Presidente de la Republica, ni los Ministros o Subsecretarios tienen derecho, desde el momento en que son pagados por todos los chilenos, a usar sus cargos en beneficio de sus legítimas, pero personales, ideas políticas.
La intervención electoral implica el uso de cargos destinados al servicio del pueblo con fines personales o grupales, lo que además de conformar una amoralidad extrema implica un abuso inmenso.
Escuchar a la Presidente haciendo emplazamientos, los que lee de lo que le preparan sus asesores, o verla inaugurando cualesquier cosa es algo que nos debe llevar a meditar, pues son situaciones que ridiculizan y restan nobleza al cargo que ostenta.
La Presidente parece haberse olvidado que Constitucionalmente es la Gobernante de todo el país y que se debe a todos los chilenos, dedicándose a burdas labores de proselitismo político que empequeñeces sus funciones.
Presidente, ya no está en campaña, ya nos engatusó con su programa “mula”, ahora sus obligaciones son de deshacer los entuertos en que han metido al país y solucionar los acuciantes problemas de la población.
No nos gusta la idea de verla reflejada en la historia encabezando el Gobierno que ha tenido más recursos, que ha tenido todas las posibilidades y que sin embargo realizó una de las peores gestiones de las que haya recuerdo.
Curiosamente las tres administraciones que han sido encabezadas por socialistas, Allende, Lagos y la suya, solo serán recordadas como un paréntesis en el desarrollo y como tiempos absolutamente perdidos.
Le queda un año y medio para cambiar la imagen, por favor aprovéchelo bien, no para actitudes politiqueras, reformulando su agenda para preocuparse de las soluciones que el pueblo espera con ansiedad.