Las ganas de eternizar un concepto,
por Lily Pérez SM.
Todo lo que implique un avance en la transparencia de los asuntos públicos, como lo es la tramitación del proyecto de fideicomiso ciego, contará siempre con mi respaldo. Durante años he sostenido que es conveniente saber quién es quién en política, qué tiene a su haber y dónde están sus intereses. En este sentido, la declaración de bienes e intereses de parte de las autoridades ha sido muy positiva e implica un paso adelante. Así se evitan varias situaciones, como que sean las comisiones investigadoras u otras instancias de fiscalización las que terminen descubriendo actividades que implican negociación incompatible o derechamente tráfico de influencias. Recordemos el caso Copeva, donde producto de la investigación logramos descubrir que ministros de la época se relacionaban directamente con la cuestionada empresa en la construcción de viviendas sociales.
El fideicomiso ciego también es un avance en la búsqueda de la transparencia en la acción pública, al traspasar a terceros la administración de fortunas personales. Sin embargo, estoy absolutamente convencida de que esta ley no puede convertirse en una barrera para que personas del mundo privado puedan ingresar al mundo público. Debemos incentivar que los más capacitados, y también ¿por qué no?, algunos más adinerados, ocupen cargos en la alta administración, y velar por que este proyecto no termine siendo un impedimento.
Debo destacar que tenemos un Presidente que voluntariamente, sin esperar que se apruebe esta iniciativa, decidió traspasar sus inversiones en sociedades anónimas abiertas a instituciones fiscalizadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, como lo son las administradoras de fondos de inversiones. Sebastián Piñera simplemente se cansó de esperar la entrada en vigencia de este proyecto que la Concertación ha anunciado y reanunciado durante prácticamente diez años.
¡Qué duda cabe de de que la actual oposición utilizó este tema como un arma electoral, arma que evidentemente no tuvo los efectos por ellos esperados! De la misma manera, se ha empleado el supuesto conflicto de interés, el que no tiene mayor sustento y que no tiene otra intención que envolver en una discusión eterna al actual Gobierno y sus autoridades.
Quienes han intentado darse un festín con este tema no estarán muy contentos con la venta de las acciones que el Presidente tenía en LAN y de las que, tal como había prometido, se desprendió: un tapabocas.
La posición del Gobierno ha sido clara: toda persona que pudiese tener algún conflicto de interés lo solucionará a la brevedad y así ha ocurrido con los ministros y autoridades regionales... Aun cuando varios quisieran eternizar el fideicomiso como concepto de ataque electoral por largo tiempo.
