Y....¿las responsabilidades?
Hay daños inevitables en situaciones de catástrofe como las que ha vivido Chile con uno de los terremotos más violentos de que se tenga memoria en la historia del mundo, en especial en lo referente a las construcciones de más larga data.
Lo que resulta incomprensible es que en un país sísmico, con amplia experiencia en la materia de construcciones a sísmicas, hay colapsado edificios recientemente entregados u obras de infraestructura que se suponen de gran exigencia de calidad.
Ante los sucesos es imperioso definir las responsabilidades que caben a los diseñadores, a los calculistas o a las empresas constructoras de estas edificaciones, pudiendo existir situaciones de negligencia criminal o de simples robos de materiales.
Tan grande como la responsabilidad de los ejecutores privados nos parecen las de aquellos que revisan las especificaciones técnicas y las de aquellos que por Ley tienen la obligación de fiscalizar y/o recepcionar las obras terminadas.
Nos parece que en lo que ha pasado hay una mezcla peligrosa de irresponsabilidad, negligencia y corruptela, lo que hace necesario que a la brevedad se determinen las responsabilidades del caso y se apliquen las sanciones que corresponde.
No solo se ha jugado con la inversión más importante de la mayoría de los chilenos, la casa propia, además, se ha defraudado de manera grave la credibilidad de la empresa nacional y la idoneidad de las Autoridades encargadas de revisar la calidad de las obras.
Lo más grave es que también se ha jugado con las vidas de nuestros conciudadanos por incapacidad, por desidia o por desmedidos afanes de lucro, lo que moral y legalmente es absoluta y totalmente inaceptable en una sociedad decente.