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sábado, 20 de marzo de 2010

¿Qué pasó con los recursos del cobre?, por Sergio Melnick.


¿Qué pasó con los recursos del cobre?,

por Sergio Melnick.

Conversando con personas informadas e influyentes, les pregunté qué cifra tenían en su mente sobre los recursos acumulados del cobre, que, según la propaganda oficial, Bachelet y Velasco habían cuidado tan bien. La cifra, según las opiniones que se emitieron, varió entre 25 a 35 mil millones de dólares. Cuando les dije que era apenas superior a 11 mil millones, simplemente no lo podían creer. Y parece que ésa es la verdad. Si es así, se gastaron una increíble cantidad sin que nadie realmente se percatara. Simplemente se esfumó parte del futuro de Chile que llegó como regalo por el precio del cobre, no por su gestión. Ya Frei lo había dicho: “¿Cómo les vamos a dejar estos recursos a la derecha?”.

El desempleo en los últimos años fue enorme, y la última tasa de crecimiento fue negativa, mientras países como Perú, en la misma crisis, tuvieron cifras positivas y no se gastaron esos recursos. ¿Qué pasó? Bueno, lo obvio: el gobierno Bachelet gastó, gastó y gastó, pero no produjo de manera acorde. Como los pronósticos de Velasco fueron siempre voluntaristas, las cifras del presupuesto eran ilusorias, y la recaudación tributaria cayó de manera estrepitosa. La ecuación es simple: mucho más gasto del previsto (aumentó casi 20% en 2009), más una caída fuerte en la recaudación, es igual a deuda o comerse las reservas, y en este caso de manera acelerada. Pan para hoy, hambre para mañana. Popularidad versus buen gobierno. Como todo esto ocurrió a espaldas del Congreso, se cambiaron los dólares y punto. Quizás por eso se desplomó el dólar, amenazando el modelo exportador. Esto nada tiene que ver con la unidad nacional, sino sólo con sincerar los números duros, como sostuvo Hinzpeter. Me parece fundamental que Piñera aclare oficialmente esto, de manera rápida y contundente. Merecemos una explicación. No tenemos las reservas que creíamos tener, justo cuando las necesitábamos.

Lo segundo que sugiero es que el gobierno informe de manera inmediata con qué nivel de pobreza real asume. El actual ministro de Hacienda tuvo un importante debate técnico al respecto, criticando las cifras oficiales. Es obvio que la pobreza real en Chile no es el 13% de Bachelet-Hardy, sino cercano al 30%. Súmese a esto el efecto terremoto, y la situación inicial es muy delicada. La pobreza actual es distinta a la del pasado, y es extremadamente sensible a la tasa de empleo, una de las áreas en que la Concertación fue débil, particularmente por sus políticas laborales, que favorecieron al que ya tenía trabajo y perjudicaron severamente a los desempleados. Esto es fundamental para la opinión pública, ya que Piñera necesariamente deberá enfrentar comparaciones y sabemos que, para ello, el punto de partida es la clave. Si queda la errónea cifra del 13%, la Concertación va a decir después que “durante el gobierno de la derecha aumentó la pobreza”, y son los maestros de las comunicaciones truchas, Vidal a la cabeza.

Un tercer punto que debe considerar Piñera es la forma en que se hará la reconstrucción. A mi juicio, la gran clave política es la descentralización efectiva, lo que además es una oportunidad histórica. Hecho el completo balance inicial de la situación, estimados los recursos, y definidos los objetivos y metas específicas por comuna y por tipo de problema, deben ser los alcaldes los grandes administradores, apoyados por los intendentes. Si Piñera quiere hacer las cosas de manera centralizada, va a tener que asumir todas las críticas y problemas de manera personal. Los héroes y canallas deben estar descentralizados, y espero que todos sean héroes.

Por las primeras señales que se reciben, la oposición será durísima. Es notable que, a sólo 4 días de haber asumido, se le criticara por el funcionamiento de organizaciones que nadie podría cambiar en uno. Los mismos que despedazaron al nuevo director de la inoperante Onemi y que hasta lo calificaron de bufón, no emitieron ni una sílaba acerca de la directora anterior, repudiada por el país entero. Eso no es fair play, sino cobardía. Pero qué le vamos a pedir a una coalición que agoniza.

Dado todo eso, en síntesis, tres son por ahora las claves que Piñera debe considerar sin dilación: primero, sincerar cuánto queda de las platas del cobre; segundo, informar cuál es el nivel real de pobreza con que parte su gobierno, distinguiendo qué parte sumó el terremoto, y tercero, descentralizar y empoderar a los responsables de la reconstrucción.