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jueves, 1 de abril de 2010

Un magnicidio inútil....


Un magnicidio inútil....

Por Mario Montes (*)


Hace 19 años, en pleno Gobierno de Patricio Aylwin, es decir en democracia, una pandilla extremista del FPMR asesinó al Senador Jaime Guzmán Errázuríz a la salida del campus oriente de la Universidad Católica, donde hacía clases.


Sin duda alguna la pregunta que se hacen todos los chilenos es cual era la finalidad de este alevoso crimen, la respuesta es demasiado simple, eliminar a quien tenía el valor para defender la obra del Gobierno de las Fuerzas Armadas.


Jaime Guzmán era un católico admirable, hombre inteligente, un polemista imbatible, un sujeto de una claridad mental envidiable, un ideólogo de inmensa solidez, un anti-comunista convencido, un hombre de una pieza.


Su aspecto menudo puede haber llevado a muchos a equivocarse con el, defendía sus ideas apasionadamente, argumentaba razonadamente, protegía con todas sus fuerzas a los más débiles y desamparados.

Es cierto que cortaron la vida de uno de los mejores hombres que ha producido nuestra tierra, pero olvidaron los enceguecidos criminales, que fueron protegidos desde el Gobierno, que los hombres pueden faltar, pero sus ideas perduran.


Los terroristas, que por cierto están libres, excepto uno preso en Brasil por el secuestro extorsivo de un empresario, trataron de asesinar el alma nacional, gracias a Dios y al temple que nos enseñó Guzmán no lograron su objetivo.


Jaime Guzmán fue un hombre consecuente que vivió como murió, entregando su vida entera a los ideales de un Chile mejor y más justo, por eso, no dudamos que Dios lo haya acogido en su Santo Reino y que esté en el panteón de los grandes de nuestra Patria.

(*) Mario Montes es de profesión Relacionador Público y Director de Diario Reacción Chilena.