Señor Director:
No comparto con el ministro del Interior las razones que tuvo el Gobierno para no declarar inmediatamente el estado de catástrofe.
Sostuvo que no tenían información suficiente y que los militares en las zonas afectadas eran escasos para manejar el toque de queda.
Ante la primera excusa, cabe preguntarles: “¿por qué entonces la señora Presidenta se constituyó en la Onemi de madrugada? ¿Por qué él llegó a las 07:00 desde la V Región? Eso fue así porque tenían información de que la situación era gravísima. Tenían más información de la que obtuve a través de una emisora argentina que dio cuenta que la agencia de Estados Unidos NOAA declaraba que en Chile se había producido un terremoto grado 8,8 de la escala de Richter.
La segunda razón es más bien otra, como lo reconoce el ministro Bitar: no estaban dispuestos a dañar la imagen de la Presidenta y de la Concertación con los militares en la calle manejando la crisis.
A estas alturas está claro que el Gobierno tuvo información suficiente y que se resistió por razones políticas a declarar de inmediato el estado de catástrofe.
Contrasta esta forma de actuar con la asumida por el gobierno que enfrentó el terremoto del año 1960.
Es esa oportunidad, ante un terremoto similar en extensión y superior en intensidad, que alcanzó los 9,5 grados de la escala de Richter, quedaron absolutamente cortadas las comunicaciones con la zona sur, y el gobierno se impone a través de un comunicado del periodista Enrique Folch, que informa de la tragedia por transmisiones de radioaficionados.
El Presidente Alessandri procede a suspender las celebraciones de ese 21 de Mayo. Convoca a una reunión de emergencia para tomar medidas urgentísimas. Las Fuerzas Armadas toman por instrucción presidencial de inmediato el control del orden público y se integran a otras tareas logísticas de ayuda de comunicación y de reconstrucción.
Se dictan los decretos de emergencia para poder organizar la entrega de alimentos, una pronta ayuda económica y un decreto para poder fijar los precios. El propio Presidente y sus ministros dentro de las limitaciones de la época viajan a las provincias afectadas y organizan a los intendentes y gobernadores con instrucciones directas y precisas.
Y en ese tiempo no había internet, no había celulares, los teléfonos eran bastante limitados en relación a los actuales y se carecía de los medios aéreos versátiles como los contemporáneos.
Para enfrentar la emergencia y la incertidumbre primó que lo esencial era preservar el orden público. Y eso se realizó de tal manera, con tanta inteligencia, con tanta oportunidad, que se logró enfrentar con recursos mínimos el mayor terremoto desde que se tiene registro y también con tsunamis.
Tanto es así, que el gobierno de Alessandri pudo manejar el problema del Riñihue. ¡Prácticamente increíble! De no haber sido de esa forma, hubiesen desaparecido Valdivia y 100 mil compatriotas.
Ésta es la diferencia sustancial en el manejo de ambas crisis. Uno resolvió y el otro todavía evalúa.
Adolfo Zaldívar Larraín.
Hemos reemplazado la habitual columna de nuestro Director por esta carta enviada por Adolfo Zaldívar, a Diario El Mercurio, porque hace recuerdos históricos de cómo enfrentar una crisis y explica los motivos de la tardanza del Gobierno en reaccionar ante la emergencia del 27 de Febrero.