Dialogo de sordos
La verdad es que no resultó edificante ver y escuchar la discusión Parlamentaria sobre el tema del subsidio al sistema de Transporte de pasajeros, escuchar argumentaciones falsarias con que el Gobierno alineó a casi todos sus Diputados por la vía de un protocolo en que el Ejecutivo se compromete a buscar mecanismos que implique arreglar un mal proyecto.
El caso del voto del Diputado Gabriel Ascencio, resulta simplemente vergonzoso, pues a cambio de $1.200 millones para subsidiar los trasbordos marítimos de Chiloé y Palena, que le ofrecieron los Ministros Pérez-Yoma y Cortazar, Interior y Transportes respectivamente, simplemente decidió cambiar la votación que había anunciado, borrando con el codo lo que había dicho.
Todos coinciden en que el proyecto es malo, todos saben que han sido permanentemente engañados por el Ministro de Transportes Rene Cortazar, que para tapar su vergonzosa incapacidad para cumplir su palabra de arreglar el Transantiago, en un año, utilizó las necesidades populares y Regionales para chantajear al Congreso y conseguir más plata para las empresas concesionarias.
La discriminación que se establece, al bonificar diferenciadamente los pasajes de Santiago con alrededor de $200 y a provincias con un misero abono de $50 por pasaje, lo que establece con claridad ciudadanos privilegiados, de primera categoría, de segunda, en las ciudades de más de 50 mil habitantes, y de tercera categoría conformados por las zonas los que viven en zonas rurales.
Nosotros, que conocemos la manipuladora forma de manipulación que permanentemente ha utilizado la coalición que Gobierna, estamos ciertos de que esta es una maniobra electoralista que pretende realizar un cohecho electoral demostrando interés por los problemas de la gente, que han demostrado no les interesan, y maniobrar, de paso, el IPC desbocado que tenemos.
Consideramos burda y demagógica la maniobra, porque os parece un absurdo que el Gobierno Socialista de Bachelet, con una porfía increíble, siga sosteniendo la necesidad de subsidiar a empresas ineficientes en vez de auxiliar directamente a los usuarios para que estos puedan elegir entre ser humillados por sistemas de transportes de mala calidad o utilizar medios alternativos de movilización.
Nos preguntamos, en caso que se nos diga que estamos equivocados, porque el gobierno, en vez de estas medidas discriminatorias no elimina de una vez el abusivo impuesto específico a los combustibles, lo que automáticamente bajaría las tarifas de la locomoción, y significaría un desahogo para las clases medias que sufren la inmensa incapacidad gubernamental.
Transantiago es una calamidad social que no tiene destino, es insalvable, lo que hace necesario que el Gobierno reconozca la catastrófica situación que ha provocado, utilizando el 2% Constitucional destinado a las situaciones desastrosas, sin pretender mantener ad eternum el financiamiento a empresas privadas mal administradas, de escasa gestión y que no brindan un servicio digno a la ciudadanía.
En momentos en precio del las materias primas, entre ellas el cobre y el petróleo, se desploman en las bolsas internacionales, excepto en Chile, claro, mientras el Gobierno derrocha los recursos nacionales, creemos importante indagar como se financiará, al volver a los valores históricos nuestra principal exportación, como se financiará esta irresponsable medida.
El caso del voto del Diputado Gabriel Ascencio, resulta simplemente vergonzoso, pues a cambio de $1.200 millones para subsidiar los trasbordos marítimos de Chiloé y Palena, que le ofrecieron los Ministros Pérez-Yoma y Cortazar, Interior y Transportes respectivamente, simplemente decidió cambiar la votación que había anunciado, borrando con el codo lo que había dicho.
Todos coinciden en que el proyecto es malo, todos saben que han sido permanentemente engañados por el Ministro de Transportes Rene Cortazar, que para tapar su vergonzosa incapacidad para cumplir su palabra de arreglar el Transantiago, en un año, utilizó las necesidades populares y Regionales para chantajear al Congreso y conseguir más plata para las empresas concesionarias.
La discriminación que se establece, al bonificar diferenciadamente los pasajes de Santiago con alrededor de $200 y a provincias con un misero abono de $50 por pasaje, lo que establece con claridad ciudadanos privilegiados, de primera categoría, de segunda, en las ciudades de más de 50 mil habitantes, y de tercera categoría conformados por las zonas los que viven en zonas rurales.
Nosotros, que conocemos la manipuladora forma de manipulación que permanentemente ha utilizado la coalición que Gobierna, estamos ciertos de que esta es una maniobra electoralista que pretende realizar un cohecho electoral demostrando interés por los problemas de la gente, que han demostrado no les interesan, y maniobrar, de paso, el IPC desbocado que tenemos.
Consideramos burda y demagógica la maniobra, porque os parece un absurdo que el Gobierno Socialista de Bachelet, con una porfía increíble, siga sosteniendo la necesidad de subsidiar a empresas ineficientes en vez de auxiliar directamente a los usuarios para que estos puedan elegir entre ser humillados por sistemas de transportes de mala calidad o utilizar medios alternativos de movilización.
Nos preguntamos, en caso que se nos diga que estamos equivocados, porque el gobierno, en vez de estas medidas discriminatorias no elimina de una vez el abusivo impuesto específico a los combustibles, lo que automáticamente bajaría las tarifas de la locomoción, y significaría un desahogo para las clases medias que sufren la inmensa incapacidad gubernamental.
Transantiago es una calamidad social que no tiene destino, es insalvable, lo que hace necesario que el Gobierno reconozca la catastrófica situación que ha provocado, utilizando el 2% Constitucional destinado a las situaciones desastrosas, sin pretender mantener ad eternum el financiamiento a empresas privadas mal administradas, de escasa gestión y que no brindan un servicio digno a la ciudadanía.
En momentos en precio del las materias primas, entre ellas el cobre y el petróleo, se desploman en las bolsas internacionales, excepto en Chile, claro, mientras el Gobierno derrocha los recursos nacionales, creemos importante indagar como se financiará, al volver a los valores históricos nuestra principal exportación, como se financiará esta irresponsable medida.