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lunes, 30 de junio de 2008

EL CRIMEN PARECE PAGAR BIEN.

(Penitenciería de Santiago)

EL CRIMEN PARECE PAGAR BIEN.

Los aumentos de la delincuencia, que hasta la semana pasada habían sido permanentemente negadas desde La Moneda, tienen a la población aterrorizada y hemos llegado al absurdo de que la gente honesta debe recluirse en su hogar, totalmente enrejados, mientras la delincuencia se apodera de los espacios públicos.

Es cierto que ha habido “publicitados” operativos policiales que han tenido como resultado la desarticulación de bandas de delincuentes, confirmando que el estamento policial cumple sus funciones, pero estos éxitos se ven opacados con la puerta giratoria que mantiene a los criminales fuera de las prisiones.

Aquí, por parte de Gobierno, parece haberse entendido que con más dinero, más vehículos y elementos disuasivos para las policías se acaba el problema, lo que claramente no es cierto, pues con legislaciones “protectivas” han hecho sentir a los canallas que el delito paga y que su costo es bajo.

Miles de criminales, incluso sorprendidos in fraganti, han pasado solo unas horas prisioneros, para que posteriormente se les aplique todo tipo de beneficios y alternativas de trabajo social, lo que evidentemente incentiva a otros a seguir la “carrera” criminal, que asegura altos beneficios.

Consideramos que no hay voluntad política para terminar con esta lacra, seguramente por no reconocer el fracaso que han implicado las reformas penales, o en el caso de ser mal pensados de algún compromiso del oficialismo con la corrupción de la vida de los chilenos honestos.

Es imperativo endurecer las sanciones, especialmente para aquellos que cometen crímenes violentos, violaciones o afectan a la vida de personas. Es imprescindible que el Poder Judicial no siga abdicando de su obligación de sancionar ejemplarmente a aquellos que traspasan el umbral de la Ley.

Es cierto que la cantidad de gente sometida a prisión ha aumentado, pero también es cierto que el guarismo de la criminalidad, tanto la denunciado como la cifra negra que no se denuncia, han tenido crecimientos exponenciales, lo que claramente es percibido por la sociedad que está atemorizada.

Se habla mucho de reinserción y de rehabilitación, que mirando nuestros penales no deja de ser solo una demostración de intenciones, porque para que estas dos acciones puedan tener resultado es imprescindible que existan plazas de trabajos intra-penitenciarias y verdaderos, profesionalizados, comités rehabilitadotes.

El Ejecutivo y el Parlamento tienen la palabra, ellos son quienes hacen las Leyes, hasta el momento no han cumplido con el deber Legal y Constitucional de proveer a la ciudadanía un marco de seguridad que les permita realizar su vida familiar y laboral con condiciones mínimas de tranquilidad.

El ámbito de la lucha contra la delincuencia es otro que requiere de menos palabrería y más acciones concretas. Creemos que ya es hora de que el Gobierno deje la autocomplacencia que ha demostrado en este tema y comiencen a trabajar con sentido de país y por la gente.