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miércoles, 4 de junio de 2008



Imágenes ampliables haciendo doble click sobre ellas
(La imagen superior nos muestra a nuestros niños esperando micro en un "paradero" del Transantiago. La segunda nos da un ejemolo de parte de la campaña de la Municipalidad de Ñuñoa para evitar que Transantiago mate a 600 árboles)
Las mentiras de Cortazar.

Ha sido permanente nuestra queja sobre la calidad del Transantiago, la falta de la necesaria infraestructura para su funcionamiento, la evidente falta de respeto que implica para la ciudadanía y las permanentes mentiras con que Cortazar trata de tranquilizar a la población.

La calidad del sistema no ha mejorado, a pesar de la millonada que le cuesta al sufrido Moya, la infraestructura, después de 15 meses, se está construyendo, la falta de respeto continúa igual, quizás agravada por la imagen de tontos que tiene la autoridad de los chilenos, y las mentiras, siguen saliendo a diario.

Es evidente que la re-instalación de las mallas de recorridos de las amarillas y la contratación de miles de buses amarillos enchulados el servicio se acerca a los malos niveles de calidad que tenía el anterior, también es evidente que el costo de estos arreglos es absurdamente alto para lo conseguido.

Después de mucho analizarlo hemos descubierto que el sistema tiene solo dos características mejores que el anterior, los paraderos definidos, sin las detenciones en cualesquier parte y el sistema de pago con la tarjeta Bip. Estas dos “originalidades” podrían haber sido subsanadas con menos del 1% de lo gastado.

Ya es sabido que el sistema, por la demora, ha significado menos horas de descanso para los trabajadores, que los buses son más incómodos, que la vida familiar de los usuarios ha sido exterminada, que la calidad de vida de los santiaguinos ha sido severamente afectada y que el sistema esta quebrado.

Entre los muchos anuncios que ha hecho el Ministro René Cortazar ha destacado la comodidad que implica para los pasajeros las instalación de miles de paraderos techados, con asientos y “bonitos”, pintados con los colores institucionales del sistema de movilización colectiva.

Para demostrar la falsía de los anuncios ministeriales, graficamos esta nota con una fotografía, tomada ayer, día gélido y amenazante de lluvia, donde se ve a un grupo de nuestros niños, los escolares, esperando locomoción en un paradero que la única indicación que tiene es el letrero indicativo de la parada.

Transantiago es un fisco, caro por cierto, que con la peticiones de subsidio que ha realizado el Gobierno se transformará en un “saco sin fondo”, donde se está botando la plata de los chilenos a manos llenas para solo favorecer a un grupo de empresarios y proteger la imagen de nuestros incapaces gobernantes.

Creemos que el sistema no tiene remedio, pues además de ser mal concebido, mucho peor aplicado y tener contratos que solo benefician a los dueños de las máquinas, las soluciones que se han intentado son una mezcla inaudita de incapacidad, inoperancia e improvisación, que simplemente asustan.

Asustan, porque si vemos este problema, sumándolo con el conjunto de la problemática nacional, que tampoco ha sido solucionada, debemos constatar, sin lugar a dudas, de que una vez más nos equivocamos al elegir a quienes dirigen los destinos del país, lo que pone un serio manto de dudas sobre el futuro.

Queremos aprovechar esta oportunidad para felicitar a la Municipalidad de Ñuñoa por la campaña que ha emprendido para evitar que los arreglos de Transantiago asesinen a 600 árboles, lo que además de mantener estéticamente la comuna, nos permite vislumbrar la posibilidad de poder respirar algo de aire en esta capital tan contaminada.