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lunes, 16 de junio de 2008

Viajar, Viajar, Viajar, que el Gobierno se va a acabar.

(Foto tomada de la Presidencia de la República)

Viajar, Viajar, Viajar, que el Gobierno se va a acabar.

Este pareciera se el lema de las cabezas de las dos últimas administraciones gubernativas que ha tenido el país, eso mientras los ratones mas chicos se esmeran por llevarse el Estado para la casa, aparentemente, cambiando es eslogan de los más grandes por el de robar, robar, robar, que la cosa se va a acabar.

Cualesquiera de estas dos formas de enfrentar la vida pública es tremendamente dañina, pues necesitamos a la cabeza del ejecutivo para que solucione los problemas de los más humildes, como lo ofreció en su ofertón electoral, lo que hace imprescindible gobernantes “puertas adentro”.

La segunda manera de enfrentas el paso por la administración tiene la misma gravedad que la anterior, con el agravante que al no verse sanciones para los responsables se está “legitimando” la corrupción, que lamentablemente sigue extendiéndose como mancha de aceite en el agua.

No creemos estar pidiendo mucho, pedimos a la Mandatario se termine con el “turismo oficial” y se dedique a su trabajo de administrar el país, cumplir y hacer cumplir las Leyes, y proporcionar las condiciones para que el país se encamine nuevamente por la senda del desarrollo sostenido.

El “socialismo” a la chilena que han traído Lagos y Bachelet solo ha acrecentado las brutales diferencias que hay en nuestra sociedad, haciendo más ricos a los ricos y solo satisfaciendo la necesidades de quienes tienen poder de presión. Por otro lado ha creado la clase dorada de los políticos.

Nos parece irracional que Lagos, por ejemplo, por haber servido durante 6 años el cargo de Presidente de la República, bastante desacertadamente por cierto, tenga una pensión de más de 5 millones de pesos y que nuestros viejos, que dieron todo por el país durante toda la vida, tengan que mendigar un reajuste.

Nos parece absurdo, además, que se quiera crear más cargos privilegiados, pidiendo mayor cantidad de Parlamentarios, a costos multimillonarios, mientras no existen los medios para solucionar los problemas de la educación o se considera necesario mantener impuestos abusivos.

Lo primero que debe entender un Gobernante es que sus obligaciones son las de mantener la casa impoluta, es decir sin contagios peligrosos, como la corruptela, que si hay dinero este se debe invertir en industrialización, del Cobre por ejemplo, y que es su obligación el bienestar del pueblo.

Los cargos de representación, sean estos presidenciales, parlamentarios o edilicios, no son “trabajos” destinados al lucimiento personal, son labores en las que se puede demostrar la real existencia de una vocación de servicio, la que si va acompañada de las capacidades necesarias, sin duda hará un bien a la Nación.

Los cargos de delegación, como los Ministros, Subsecretarios, intendentes, Gobernadores y demás cargos de confianza del poder Ejecutivo son sin duda los escalones que conducen a las administraciones al éxito o el fracaso, pero para llegar al triunfo es imprescindible haber “escogido” bien.

En muchas oportunidades hemos manifestado que a pesar de ser opositores al Gobierno de la Presidente Bachelet, como chilenos deseamos que le vaya bien y hemos advertido que todos vamos en el mismo barco, consideración por la que insistimos en nuestro ruego a la mandataria de cambio de equipos y de agenda.