Los más pesimistas dicen que no hay mal que dure 100 años, a lo que el dicho popular agrega que tampoco hay cuerpo que lo resista. Aunque no nos gustaba un período de gobierno tan corto, pensamos que con las autoridades que elegimos, obviamente reflexión ex post, gracias a Dios solo dura 4 años.
No han dejado barbaridad que hacer, pero la más dañina, según nuestro criterio ha sido institucionalizar la injusticia, desincentivar la defensa nacional y pagarse una monstruosa farra que se paga hipotecando nuestro futuro y robándole los sueños a las nuevas generaciones.
La economía la han “desconchinflado”, han soltado la plata para todos aquellos que tienen la fuerza necesaria para hacerse oír por los poco perceptivos oídos de los ocupantes de La moneda, que lamentablemente son los únicos que ven solucionados sus problemas.
Todos los días escuchamos loas a lo bien que marcha la economía, pero el bienestar solo llega a un pequeño grupo de privilegiados, para el común de los ciudadanos sigue habiendo una carga tributaria monstruosa y una despreocupación que adquiere ribetes de escándalo.
El solo imaginarse la fortuna que ha adquirido el Estado nos deja sin ceros como para poder graficarla, pero tiene varios miles de dólares por cada chileno vivo, claro que solo los usufructúan unos pocos vivos chilenos, mientras la población se estremece por las penurias.
Somos los espectadores de un banquete realizado a toda orquesta, con nuestra plata, y sin embargo ni siquiera somos considerados como para ser invitados a degustar las “sobras”, ni mucho menos, les podemos ensuciar el piso, a saborear las migajas que han caído de la mesa.
Paradójico resulta constatar que esto no sucede en una administración de la extrema derecha, sino que es el fruto de casi 20 años de Gobierno de una coalición que va desde la extrema izquierda a la izquierda, sobre todo ahora que la Democracia Cristiana se hace más zurda.
Nuestras esperanzas se han desvanecido, los sueños “vendidos” con el espejismo prometedor de las campañas han desaparecido, hoy solo nos queda una realidad que por cierto es sumamente dura, han jugado con las necesidades de los más humildes para transformarlas en poder para ellos.
Debemos despertar, ya llevan demasiados años burlándonos de manera bastante cruel, nos aseguran que en un Gobierno de otro signo las cosas andarían peor, nosotros, con las experiencias que hemos adquirido podemos afirmar que nadie lo podría hacer tan mal como esta gente.
En los procesos electorales que se aproximan, vote tranquilo (a), contenta (a), porque si vota contra la concertación, cualesquier alternativa es mejor, nos estaremos acercando al fin de un experimento frustrado por tratar de disfrazar a los viejos lobos marxistas, que aunque se vistan de seda……………