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viernes, 6 de mayo de 2011

Sobre la campaña contra las hidroeléctricas.


Sobre la campaña contra las hidroeléctricas.



Por decir lo menos nos parece cínica la campaña contra la instalación de centrales hidroeléctricas en Chile por varios motivos, uno de los principales porque los interesados en esta cruzada no están dispuestos a dejar de usar la energía eléctrica, ni tampoco a bajarse de sus automóviles, y porque, aunque no lo digan, con su maniobra están condenando a los más desfavorecidos de nuestra sociedad a mantenerse en esa condición.



Creemos que esta campaña elitista tiene por objeto mantener los privilegios de algunos grupos de nuestra nación, desdeñando una de las pocas posibilidades energéticas de costo de operación relativamente bajo, no contaminante y que es capaz de producir la energía que el país necesita imperiosamente para alcanzar niveles superiores de desarrollo, por los que es posible lograr acercarnos a una verdadera justicia social.



Las centrales nucleares son bombardeadas por los peligros que se sostiene tienen en un territorio constantemente sacudido por sismos, las centrales que usan combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, son comprobadamente contaminantes y unos inmensos potenciadores del cambio climático que está afectando al mundo, los generadores alternativos, eólicos o solares son de una inversión inalcanzable para una economía en desarrollo.



Las centrales hidroeléctricas que ha proyectado Hidroaysén, dos en el río Baker y tres en el río Pascua, zona absolutamente desconocida para más de un 90% de los chilenos, tendría una capacidad de producción 18.430 GWh, proyectándose que para el año 2020 podría estar abasteciendo un 21% de las necesidades energéticas del Sistema Interconectado Central que cubre las necesidades entre las Regiones de Atacama y Los Lagos.



Unos pocos que gritan, manipulando las cifras de apoyo ciudadano, copiosamente financiados por intereses transnacionales, como los del norteamericano Douglas Tomkings y su pandilla, por presuntos intereses ecológicos han acallado y/o engañado al pueblo de Chile con argumentos fútiles para impedir el progreso, pero callando engañosamente que con ello quieren apagar el futuro de nuestra nación.



No se trata de autorizar cualesquier proyecto en esta materia, se trata de que cumpliendo con las más estrictas normas medioambientales que sea posible, se destraben proyectos que son de larga data desarrollar y que requieren inmensas construcciones e inversiones para ponerse en marcha y comenzar a abastecer las necesidades nacionales que no pueden seguir esperando por los caprichos “escénicos” de unos pocos.



Todos debemos hacer esfuerzos por salvar nuestro planeta, para ello algunos deberemos sacrificar un poco algunas bellezas naturales, otros deberemos rebajar nuestro consumo energético, otros deberán luchar por lograr una máxima eficiencia energética en la producción, pero ninguno tiene el derecho a impedir el desarrollo, sobre todo considerando que con esa acción se eternizan injusticias intolerables.



Una advertencia, esta ecología profunda que algunos promueven es racista e inhumana, pues sostiene que el mundo es capaz de alimentar y sostener a no más de 100 millones de habitantes, prioritariamente provenientes de los países que ellos representan, y al resto simplemente de les debe eliminar, brutalidad que ni siquiera se hubiese pasado por las mentes desquiciadas de Lenin o de Hitler.