de los matones del GAP, durante la interminable
visita del chacal caribeño a Chile.
Una ofensa gratuita a Chile.
No se puede definir de otra manera que de magnifico el trabajo realizado por las izquierdas para blanquear Gobiernos siniestros, como el de Allende, que destruyó el país, para luego culpar a sus sucesores de los efectos provocados por su intentona por establecer una nueva Cuba en Chile.
Este trabajo de desinformación, en el que ciertamente han contado con la ayuda y financiamiento del extremismo internacional y con la complicidad de los medios informativos, ha provocado una especie de amnesia sobre lo que realmente sucedió es esos años dolorosos y muy difíciles para el pueblo.
Por medio del estómago trataron de domeñar a los chilenos, con la vergonzante tarjeta JAP, destruyeron el aparato productivo nacional, sus pandillas armadas aterrorizaban a la población, su siembra de odios dividió irreconociblemente a los chilenos, las Leyes pasaron a ser solamente decorativas.
La “nacionalización” de los planteles industriales y agrícolas, terminaron destruyendo totalmente la producción, lo que magistralmente dirigido por el General Bachelet, condujo a un feroz desabastecimiento que llenó de angustias y zozobras a las madres chilenas.
La educación se convirtió en el instrumento del Ejecutivo para concientizar a las juventudes, ENU, y dividir a las familias chilenas convirtiendo a los adversarios políticos en enemigos a los que simplemente había que pisotear, los asesinatos políticos estaban a la orden del día.
El terrorismo funcionaba a sus anchas, por cierto de ambos bandos, el propio Presidente creó una banda armada ilegal para que le “protegiera”, que armados hasta los dientes recorrían el país a toda velocidad asustando a los chilenos que se sentían pisoteados por el siniestro GAP.
Desde la Embajada de Cuba se dirigía a grupos partidarios favorables al Gobierno, inclusive una numerosa columna internacionalista que llenó el país de terroristas de todo el Continente, que llegó a tener varios miles de hombres en armas y que se convirtieron en el “seguro” del aprendiz de tirano.
Recordamos estos momentos amargos, en los que públicamente se ofrecía paredón a quienes disentían del “Gobierno revolucionario”, o en los que dementes planteaban la necesidad de una guerra civil con UN MILLON DE MUERTOS, para romper el espinazo a la reacción, titulo que daban a sus detractores.
Consideramos que es un insulto a la razón y al pueblo de Chile, que clamaba a los Uniformados para que pusieran fin a este experimento fatal, pretender que Allende realizó un buen Gobierno y que fue derrocado por la burguesía con el apoyo de la intervención de los Estados Unidos.