Frei, un sujeto amoral.
Insólito, por decir lo menos, resulta el intento de freismo por hacerse las víctimas en una campaña en la que el candidato demócrata cristiano, y sus asesores de los más distintos pelajes políticos, se han caracterizado por inclemente ataques a sus adversarios y por sacar a la discusión toda la mugre que pueden, sea esta basada en realidades o sepan que es falso.
Actitudes matonescas, como las del Presidente del partido socialista, actitudes corruptas, como las que han usado para atacar a la señora de Enríques Ominami o a Sebastían Piñera, ataque groseros como los que emplea permanentemente el propio presidenciable del oficialismo han tornado la campaña no en una lucha electoral, en una contienda inmoral.
Las propuestas de Frei, que ciertamente nos dan risa, son por un lado una demostración impactante de cinismo, corresponden a todo lo contrario que lo que hizo en su propia Presidencia, las soluciones que presenta a los problemas creados por la concertación, por decirlo simpáticamente, solo nos auguran más de los mismos malos Gobiernos.
Frei es un sujeto carente de credibilidad, no podría ser de otro modo, apoyo el Golpe Militar del 73, incluso donando sus argollas para la Reconstrucción Nacional, se enriqueció con el capitalismo popular quedándose con parte importante de la propiedad de Sigdo Koppers, para ahora despotricar majaderamente contra el Gobierno de Pinochet.
Abjuró de todos los principios que dijo sostenían su participación en política, aliándose con los comunistas, promoviendo el aborto o las uniones de personas del mismo sexo, ha sido un activo colaborador en la destrucción de la familia, corrompió el país y como si eso fuera poco indultó a decenas de narcotraficantes que destruyen con su comercio a nuestras juventudes.
La vida de Frei, al que lamentablemente no parece haberle llegado mucho en la repartición de capacidades, pero que acaparó en demasía la repartición de bastardas ambiciones de poder, no tiene límite alguno, ni moral ni ético, en su objetivo de volver a tener poder personal, y para ello no duda en utilizar nuevamente el dolor y las miserias de un pueblo al que no ayudó.
Mirando las actitudes de este candidato, que sin duda alguna no es democrático ni tampoco cristiano, entendemos que existe gente, como él, capaces de vender su alma al maligno y subordinar los intereses nacionales a los propios, es el caso típico del sujeto que ve en la política, sucia por cierto, la posibilidad de brillar que sus capacidades personales no le permiten.
La candidatura de Frei son solo fuegos de artificio, una enorme cantidad de promesas, en todos los campos, que como la vez anterior, sin intención alguna de cumplirlas, destinadas a apoderarse de nuestra porción de la Soberanía popular para volver a encumbrarse a las alturas de La Moneda y dejar, otra vez, una estela de frustraciones y miserias.