Los analistas consideran que las grandes economías del mundo, Estados Unidos, Europa y parte importante de las asiáticas, están entrando en un complejo esquema de baja de crecimiento, que sin duda ha estado arrastrando a una persistente baja de las materias primas.
Si bien es cierto, como personas, nos conviene el desplome que ha tenido el precio del petróleo, desde los 140 dólares de hace un par de meses, a los 106 de ayer, también esta situación se está notando en el precio de nuestro principal recurso de exportación, el Cobre, que ha bajado de casi 4 dólares a solo 3, 21.
Este verdadero congelamiento de las economías más desarrolladas, que ostentan unos crecimientos mínimos, con las excepciones de China, India, y un par de países asiáticos, no auguran buenos tiempos para nadie, sobre todo para quienes tienen su balanza equilibrada en base a materias primas.
¿En que nos puede afectar?, la respuesta es evidente, una fuerte contracción de nuestros mercados de exportación o procesos depresivos de los países industrializados, sin duda nos arrastrarán con ellos, produciendo un feroz aumento del desempleo, llevando a muchas empresas a la quiebra y con una inflación mayor.
Estos resultados “externos” se ven agravados por un Gobierno que gasta desaprensivamente los dineros públicos, con una tasa de incremento del gasto que casi triplica el crecimiento de la economía, sin considerar los miles de millones botados en el Transantiago, lo que agudiza los malos presagios.
Vienen tiempos malos, los que pueden ser mitigados si la Administración pone los pies en la tierra y adecua sus gastos a los ingresos “reales” de la Nación, lo que parece poco probable, dado, que estamos inmersos en épocas electorales y la coalición oficialista presiona por mayor gasto.
Las recomendaciones de los expertos son a no endeudarse, a tratar de bajar el nivel de endeudamiento, a cuidar los ahorros, de ser posible en una sociedad que la inmensa mayoría no tiene posibilidades de ahorrar, cuidar la pega, pues la cesantía inevitablemente ira en curva ascendente.
El porvenir es “gris”, por decir lo menos, básicamente por actitudes desaprensivas de la Autoridad Nacional, por un gasto inmoderado, a nivel personal, adquiriendo crecientes endeudamientos, y a nivel país gastándose hasta el último centavo con evidentes fines electoralistas.
Incapacidad, demagogia, populismo, gasto inmoderado e intentos de comprar voluntades a costa del erario Nacional, más una impresionante cuota de deshonestidad, son un cocktail bastante indigesto para una Nación que quiere superar el escaso desarrollo y lograr niveles de mayor justicia.
Si bien es cierto, como personas, nos conviene el desplome que ha tenido el precio del petróleo, desde los 140 dólares de hace un par de meses, a los 106 de ayer, también esta situación se está notando en el precio de nuestro principal recurso de exportación, el Cobre, que ha bajado de casi 4 dólares a solo 3, 21.
Este verdadero congelamiento de las economías más desarrolladas, que ostentan unos crecimientos mínimos, con las excepciones de China, India, y un par de países asiáticos, no auguran buenos tiempos para nadie, sobre todo para quienes tienen su balanza equilibrada en base a materias primas.
¿En que nos puede afectar?, la respuesta es evidente, una fuerte contracción de nuestros mercados de exportación o procesos depresivos de los países industrializados, sin duda nos arrastrarán con ellos, produciendo un feroz aumento del desempleo, llevando a muchas empresas a la quiebra y con una inflación mayor.
Estos resultados “externos” se ven agravados por un Gobierno que gasta desaprensivamente los dineros públicos, con una tasa de incremento del gasto que casi triplica el crecimiento de la economía, sin considerar los miles de millones botados en el Transantiago, lo que agudiza los malos presagios.
Vienen tiempos malos, los que pueden ser mitigados si la Administración pone los pies en la tierra y adecua sus gastos a los ingresos “reales” de la Nación, lo que parece poco probable, dado, que estamos inmersos en épocas electorales y la coalición oficialista presiona por mayor gasto.
Las recomendaciones de los expertos son a no endeudarse, a tratar de bajar el nivel de endeudamiento, a cuidar los ahorros, de ser posible en una sociedad que la inmensa mayoría no tiene posibilidades de ahorrar, cuidar la pega, pues la cesantía inevitablemente ira en curva ascendente.
El porvenir es “gris”, por decir lo menos, básicamente por actitudes desaprensivas de la Autoridad Nacional, por un gasto inmoderado, a nivel personal, adquiriendo crecientes endeudamientos, y a nivel país gastándose hasta el último centavo con evidentes fines electoralistas.
Incapacidad, demagogia, populismo, gasto inmoderado e intentos de comprar voluntades a costa del erario Nacional, más una impresionante cuota de deshonestidad, son un cocktail bastante indigesto para una Nación que quiere superar el escaso desarrollo y lograr niveles de mayor justicia.