Sin duda el salvataje del sistema financiero, que favorece solo a grandes corporaciones dedicadas a la especulación, y que actuaron con una sorprendente irresponsabilidad, deben dejar un sabor amargo en los contribuyentes norteamericanos al comprobar que solo hay preocupación por quienes son considerados poderosos.
El sistema de libre mercado se basa en la innovación y en el riesgo, la decisión de la autoridad estaunidense, que sería refrendada por el Congreso, significa un fuerte retroceso, pues por un lado elimina el riesgo, puesto que aparece el salvador, y por el otro sociabiliza las pérdidas.
A nosotros nos parece una amoralidad que con la premisa de salvar el sistema, en las épocas buenas, estas corporaciones se queden con las utilidades, por cierto cuantiosas, para en las malas, sea por crisis financieras o malas decisiones, los quebrantos deban ser asumidos por el pueblo.
Dos mil trescientos dólares per capita deberán desembolsar todos los norteamericanos, casi 7 mil unidades de la moneda verde del norte si consideramos solo a los contribuyentes, por los “errores” de Wall Street, dejando la gigantesca deuda en las espaldas de los más humildes de la sociedad.
Nosotros pensamos que este “recate” es una medida que va en dirección contraria a la esencia del sistema, que va a provocar más perjuicios que beneficios, entre otros un encarecimiento del crédito y una mayor desaceleración de la economía por un error de apreciación que focaliza mal los dineros..
La lógica económica debiera hacer recomendable salvar el sistema por el apoyo a los deudores, es decir subsidiar a aquellos que están atribulados por deudas gigantescas y arriesgan a perder sus viviendas, en vez de haberlos dedicado a subvencionar la ineficiencia y la incapacidad.
Pensamos que aunque las bolsas reaccionar hoy eufóricas, seguramente con significativos avances en el valor de los títulos, se está estableciendo un nefastos precedente que desprestigia al sistema al ser desnaturalizado y mina de manera irreversible las capacidades de emprendimiento honesto.
Con esta medida, que solamente compra de los “activos tóxicos”, sea al valor que sea, cargándolo a la cuenta del desarrollo y al futuro de las personas, redundará en la “fabricación” de nuevas burbujas, pues al quitar el riego, los aventureros volverán a sobrepasar los limites de la prudencia y la decencia.
Siempre hemos tenido una mala opinión de George W. Bush, q quien concedemos escasas capacidades, más cercano a un mico que a un ser humano normal, implica uno de los más graves errores del Mandatario, junto con la absurda guerra de Irak, que tendrá costos inmensos para la humanidad.
Nosotros esperamos que el Congreso de los Estados Unidos tenga la visión e inteligencia, esa de la que creemos carece el Presidente, de relocalizar el enfoque de este paquete de 700 mil millones de dólares poniendo el apoyo donde corresponde, porque en caso contrario veremos una severa contracción de mercados.
Esta perversión del sistema traerá graves consecuencias, pues además de poco funcional es una bofetada en el rostro de los más débiles de la nación del norte de nuestro continente y sospechamos, esperamos equivocarnos, que terminará siendo pagada, como siempre, con el sufrimiento de los pobres del mundo.
El sistema de libre mercado se basa en la innovación y en el riesgo, la decisión de la autoridad estaunidense, que sería refrendada por el Congreso, significa un fuerte retroceso, pues por un lado elimina el riesgo, puesto que aparece el salvador, y por el otro sociabiliza las pérdidas.
A nosotros nos parece una amoralidad que con la premisa de salvar el sistema, en las épocas buenas, estas corporaciones se queden con las utilidades, por cierto cuantiosas, para en las malas, sea por crisis financieras o malas decisiones, los quebrantos deban ser asumidos por el pueblo.
Dos mil trescientos dólares per capita deberán desembolsar todos los norteamericanos, casi 7 mil unidades de la moneda verde del norte si consideramos solo a los contribuyentes, por los “errores” de Wall Street, dejando la gigantesca deuda en las espaldas de los más humildes de la sociedad.
Nosotros pensamos que este “recate” es una medida que va en dirección contraria a la esencia del sistema, que va a provocar más perjuicios que beneficios, entre otros un encarecimiento del crédito y una mayor desaceleración de la economía por un error de apreciación que focaliza mal los dineros..
La lógica económica debiera hacer recomendable salvar el sistema por el apoyo a los deudores, es decir subsidiar a aquellos que están atribulados por deudas gigantescas y arriesgan a perder sus viviendas, en vez de haberlos dedicado a subvencionar la ineficiencia y la incapacidad.
Pensamos que aunque las bolsas reaccionar hoy eufóricas, seguramente con significativos avances en el valor de los títulos, se está estableciendo un nefastos precedente que desprestigia al sistema al ser desnaturalizado y mina de manera irreversible las capacidades de emprendimiento honesto.
Con esta medida, que solamente compra de los “activos tóxicos”, sea al valor que sea, cargándolo a la cuenta del desarrollo y al futuro de las personas, redundará en la “fabricación” de nuevas burbujas, pues al quitar el riego, los aventureros volverán a sobrepasar los limites de la prudencia y la decencia.
Siempre hemos tenido una mala opinión de George W. Bush, q quien concedemos escasas capacidades, más cercano a un mico que a un ser humano normal, implica uno de los más graves errores del Mandatario, junto con la absurda guerra de Irak, que tendrá costos inmensos para la humanidad.
Nosotros esperamos que el Congreso de los Estados Unidos tenga la visión e inteligencia, esa de la que creemos carece el Presidente, de relocalizar el enfoque de este paquete de 700 mil millones de dólares poniendo el apoyo donde corresponde, porque en caso contrario veremos una severa contracción de mercados.
Esta perversión del sistema traerá graves consecuencias, pues además de poco funcional es una bofetada en el rostro de los más débiles de la nación del norte de nuestro continente y sospechamos, esperamos equivocarnos, que terminará siendo pagada, como siempre, con el sufrimiento de los pobres del mundo.