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sábado, 27 de septiembre de 2008

Libertades en peligro

Libertades en peligro

Es corriente escuchar que estamos perdiendo la batalla de los valores, lo que a simple vista es absolutamente cierto, pero resulta ser una completa falsedad, pues hemos permitido, por desidia o cobardía, que nuestras escalas valóricas sean arrasadas sin siquiera salir a defenderlas.

Dice un aforismo muy antiguo que en todas las luchas una de las posibilidades es que esta se pierda, pero asegura que la única que es imposible ganar es aquella que no se inicia o que simplemente no se da. Esto nos lleva a reflexionar intensamente y a conminar a nuestros amigos y amigas a involucrarse en esta lucha.

La Divinidad, sea del signo que sea, ha sido demolida interesadamente por aquellos que através del materialismo quieren apoderarse de nuestras libertades, lo que ha traído como consecuencia sociedades sin ningún tipo de frenos, una verdadera jungla en la que los más fuertes engullen a los más débiles.

Tradiciones, amor, honestidad, honor, valores, historia, amistad, humanidad, decencia, han sucumbido a un individualismo bestial, que se demuestra con un ensimismamiento de las personas a las que ha dejado de interesarles lo que pase con los demás e inmolados en el altar de la codicia.

Inconcientemente hemos aceptado las más viles injusticias, a lo mejor despreocupándonos porque suceden a otros o porque no afectan a nadie de nuestros entorno más cercano, pero, debemos tener claro que cuándo se comienzan a producir estas circunstancias más temprano que tarde nos llegarán a nosotros.

La corrupción de nuestra sociedad está sobrepasando los límites de lo tolerable, la delincuencia ha llegado a niveles inimaginables, con la secuela de inseguridad que nunca pensamos que llegaría a nuestro “organizado” país, nos mantiene “arrinconados” en nuestras casas mientras los malandrines se apoderan del país.

Las drogas destruyen física, espiritual y moralmente a nuestras juventudes y pocos tienen una real preocupación por este flagelo, muchos menos aún hacen algo por combatirlo y rehabilitar a quienes han caído en esta trampa mortal, los traficantes libres y enriqueciéndose a costa de nuestros hijos.

El sistema educacional, deficiente, por calificarlo de una manera “amable” corta de raíz los sueños de la juventud, la que una vez desposeída de los valores y sin el apoyo de familias destruidas, sin duda se transforman en un campo propicio para caer en las corruptas redes de la criminalidad.

Nuestro sistema social lo han tensionado al máximo, fomentando un desempleo que lleve a salarios miserables, sobre endeudando irracionalmente a la gente, dejando el la más completa indefensión a trabajadores que escasamente alcanzan a comer y abandonando miserablemente a nuestros ancianos.

Estas líneas no pretenden enumerar todos los problemas, ni describir las situaciones que nos han llevado a donde estamos, tienen por único objetivo llamarnos a la meditación y con ello provocar una reacción que nos lleve a defender nuestro futuro libre, pues vamos directamente a sistemas totalitarios.

Las libertades y los derechos tienen como contrapartida una serie de obligaciones, entre las que no debemos olvidar esta la de defenderlos, pues en caso contrario, como carneros llevados al matadero, los estamos entregando para que el populismo y la demagogia nos los arrebaten