concertacionista y de la isensibilidad oficial)
Vacas Gordas y el engaño
Nuestros Gobernantes parecen creer que somos absolutamente imbéciles o que venimos llegando de otra galaxia, de otra manera nos parecen inexplicables sus planteamientos de la realidad que vive el país o las burdas explicaciones de los motivos que provocan las críticas situaciones que vivimos.
No nos cabe ninguna duda de que los aumentos del precio del petróleo tienen una gran incidencia, por cierto agravada por un injusto y arbitrario impuesto específico que paraliza el país, pero el alza del crudo es ampliamente superada por los multimillonarios ingresos que proporciona el cobre.
En todo caso, la crisis energética que vive el país es el resultado inevitable de la desidia con que los cuatro Gobiernos de la Concertación han tratado el tema, amarrándonos a una poco fiable matriz gasífera Argentina y dejando de hacer las necesarias inversiones hidroeléctricas y los estudios de otras fuentes renovables.
Ahora se quiere culpar de los altos precios de los alimentos a una gran subida internacional, olvidándose que hace solo un tiempo la Presidente Michelle Bachelet prometió que ella nos convertiría en una importante Nación agro industrial, que dejaríamos de depender del extranjero para su alimentación.
Seguramente mañana nos saldrán con que el desempleo, la educación de pésima calidad o la deficiente salud también están influidas por factores internacionales, en un intento vano de ocultar un derroche monumental, pésima planificación, una permanente improvisación y una incapacidad sorprendente.
Ya hemos visto en Transantiago que se trata de culpar a las empresas privadas por el mal servicio que presta un sistema que en su génesis contiene errores monstruosos de planificación y que porfiadamente, a pesar de todos los informes en contrario, la Mandatario insistió en poner en marcha.
Chile no es un país pobre, gracias a los buenos precios que tienen en el mercado internacional el Cobre y otras materias primas de exportación, lamentablemente esos fondos han sido manejados con una incapacidad y displicencia que ha implicado que se han botado miles de millones de dólares.
Es cierto que estamos en un periodo de bacas gordas, pero es un deber constatar que no se ha hecho ninguna inversión que nos prepare para los periodos difíciles, todo lo contrario, siguiendo las teorías de Velasco, los dineros han sido “atesorados” en cuentas en el extranjero.
No se ha solucionado ningún problema de la sufriente ciudadanía, más bien al contrario estos se han ido agravando considerablemente, llegando al absurdo de tener un Estado inmensamente rico, forrado en dólares, mientras el pueblo sigue pasando atroces apreturas económicas.