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lunes, 7 de julio de 2008

ALGUNOS SE QUIEREN COLGAR DEL EXITO

Libertad de Ingrid Betancourt, éxito del que algunos de quieren "colgar"
y otros petenden desacreditar buscando beneficios políticos
ALGUNOS SE QUIEREN COLGAR DEL EXITO

Ante el espectacular éxito obtenido por el Presidente Alvaro Uribe, de Colombia, en la liberación de 15 secuestrados por la narco-guerrilla de las FARC han comenzado a aparecer quienes se quieren colgar del éxito y otros que quieren desacreditar la impecable operación de rescate.

Entre los primeros se encuentran personajes como nuestra Presidente Michelle Bachelet, que aprovechando la popularidad de Ingrid Betancourt, cuyo valor y entereza son destacables, ha planteado su Candidatura al Premio Nobel de la Paz, tratando de que el mundo olvide su pasado terrorista.

Por otro lado han aparecido quienes tratan de desprestigiar el recate planteando dudas sobre la forma en que se realizó, sobre la posibilidad de que se haya pagado por el rescate o lo que es peor, sembrando dudas sobre el respeto a los derechos humanos en la lucha anti-guerrillera.

Desde algunos sectores se hacen todos los esfuerzos posibles por desacreditar la brillante acción de inteligencia, manera “cobarde” de defender tangencialmente a los terroristas, tratando de que olvidemos que el padre del Gobernante fue vilmente asesinado por miembros de las FARC.

Pensamos, que el resultado de la “operación jaque” ha de redundar en mayor tranquilidad para el pueblo colombiano, es un rápido proceso de descomposición de los cuadros de la guerrilla y a asegurar un retorno del país a una tranquilidad perdida hace casi 50 años.

No en vano hemos visto como connotados apoyadores de la lucha armada han “renegado” de las FARC, como el Jefe del Partido Comunista Cubano, el tirano Fidel Castro, o la marioneta que han instalado en Ecuador, Rafael Correa, que ahora aparecen repudiando los métodos que siempre han apoyado.

Creemos que si alguien merece el Premio Nobel de la Paz es Alvaro Uribe, que ha demostrado un sublime valor por la defensa de las libertades de su pueblo y en el momento de su triunfo perdonó la vida a muchos guerrilleros, que custodiaban a los plagiados, que incluso pueden haber sido los victimarios de su progenitor.