LA MUERTE DE FREIResulta al menos curioso escuchar, sobre todo cuándo conviene a algún sector, como ponderan la necesidad de que las instituciones funcionen, pero cuando algo les parece mal o alguna declaración de los coadyuvantes de la Justicia les satisface, salen a la palestra a afirmar cosas sobre las que la Justicia, por ejemplo, no se ha pronunciado.
Salió por decir lo menos extemporáneo escuchar a Eduardo Frei Ruiz Tagle, tomándose de las expresiones no autorizadas de la perito Carmen Cerda, salir a afirmar que a su padre los asesinaron y que ellos sabían esto desde hace ya bastante tiempo y manifestar la lógica necesidad de la familia de conocer las causas del deceso.
El juez Alejandro Madrid debió salir al paso de las versiones que han estado circulando en la prensa asegurando “que es muy prematuro” llegar a esas concusiones, afirmando que la perito “no está en condiciones de evaluar esta situación”, aclarando que el informe de Cerda es uno de tantos que ha encargado en Chile y el extranjero.
Desde la muerte del ex Presidente, acaecida en la Clínica Santa María el Santiago el 22 de enero de 1982, se han sucedido todo tipo de versiones, que van desde un asesinato con gas mostaza o toxina botulínica, hasta la versión de la funcionario de Investigaciones que asegura que fue una mezcla de sustancias toxicas.
A nosotros, que lamentamos la muerte del ex Presidente Frei, nos parece que en este caso ha habido una evidente intención de obtener figuración de Cerda y de obtener beneficios por parte de algunos familiares del extinto, intentando, desde luego, culpar al Gobierno de Pinochet de su deceso.
Recordamos que las primeras versiones que propagaban esta especie salieron cuándo la ex Senadora Carmen Frei vio tremendamente comprometida su reelección, que por cierto no logró, y ahora reaparece fuertemente en momentos en que Eduardo Frei hace esfuerzos supremos por convertirse en candidato Presidencial de la Concertación.
Nos parece vergonzoso que los familiares del distinguido político fallecido insistan en buscar pequeños dividendos con la muerte de su progenitor, lo que de ser cierto, simplemente les pondría a la misma altura que aquellos que desangran las arcas fiscales con presuntas “persecuciones” y les haría parecidos a buitres carroñeros.
Sin dudarlo un solo minuto manifestamos a los familiares nuestras muestras de pesar y congoja por el duelo que les acompaña durante estos 26 años, pero sin duda alguna estamos en total desacuerdo con la utilización política de este desgraciado y lamentable suceso.
