COMO PONCHO.
Una de las cosas que provoca desazón es escuchar a diario lo bien que le va al país, claro bonanza que solo alcanza a algunos burócratas de la Administración, a los parlamentarios, a algunos grandes empresarios y a algunos privilegiados que tienen la suerte de tener trabajos bien remunerados.
Pero, sin duda, tenemos como contra partida a esa inmensa falange de gente de debe intentar sobrevivir con el escuálido salario mínimo, a esos 600 mil chilenos que carecen de trabajo, o a los centenares de miles que sobreviven gracias a la caridad de personas o entidades como el Hogar de Cristo.
La Concertación ha exacerbado las injusticias, ampliando las brechas que separan a los más humildes con los que tienen un mejor pasar, ha destruido a las clases medias y le ha cerrado las puestas a las PYMES, con lo que resulta evidente que se dificulta la posibilidad de encontrar labores aunque sean medianamente remuneradas.
La falta de crecimiento, la desatada inflación, la escasez de posibilidades no son un buen augurio para quienes sufren la dolorosa experiencia de no tener trabajo o de tener que sobrevivir con un oprobioso salario mínimo que alcanza para comprar 4 kilos de pan al día.
De la mayor gravedad nos parece la situación, sobre todo considerando la situación de tener un Estado Rico que solo se dedica a gastar dispendiosamente los recursos de los chilenos, como una manera de comprar voluntades, pero que no deja nada para el futuro desarrollo de la nación.
La protesta social ya se ha instalado en el país, no porque quieran conseguir beneficios personales, sino que porque aspiran los más desposeídos a tener una oportunidad de subirse al carro del bienestar nacional, los jóvenes por su lado ven como sus ilusiones y sus sueños son brutalmente truncados.
Nosotros al Gobierno lo único que le pedimos es que lo haga bien, que cree las bases para que se puedan desarrollar las empresas y por esa vía los chilenos podamos tener trabajos con remuneraciones dignas e inversiones para que llegado el momento de la baja del cobre podamos seguir viviendo como personas decentes.
Creemos que nos es mucho pedir que s inicie un proceso de industrialización de cobre, que nos garantice el futuro, o que se hagan las inversiones necesarias que nos proporciones la independencia energética, o que se desarrollen planes serios de innovación tecnológica.
Creemos que las autoridades lo han hecho muy mal, pues por un lado han creído que los problemas se solucionan con la billetera Fiscal, lo que claramente provoca más inflación, y por una impactante carencia de ideas sobre los que necesita el país para llegar a un futuro de desarrollo.
Hemos manifestado de manera permanente que a nuestros Gobernantes el poder les ha quedado como poncho, que aquellos que resultaban ser unos agudos opositores al momento de llegar al poder solamente nos han demostrado una aguda falta de capacidad y una terrible ceguera.