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miércoles, 9 de junio de 2010

Lástima por Chile.....



Lástima por Chile.....


Un sentimiento de pena por Chile nos embarga al ver como, a pesar de haber sido derrotados el las urnas electorales, las izquierdas siguen imponiendo sus sesgadas visiones de nuestro pasado reciente y discriminando brutalmente a quienes tienen la osadía de decir la verdad sobre los sucesos que motivaron la intervención Militar de 1973, ocultando la gigantesca obra del Gobierno de las Fuerzas Armadas chilenas.

Nada de lo que dijo el ex Embajador en Argentina, Miguel Otero, al Diario Clarín de Buenos Aires es falso, al contrario, sus dichos quedan cortos ante la felicidad del pueblo chileno al deshacerse del Gobierno de la unidad popular que con Allende a la cabeza intentó imponernos una tiranía, similar a la cubana, por la más atroz de las violaciones a los derechos humanos, por la vía del hambre provocada por su racionamiento alimenticio.

Tampoco tiene un ápice de falsedad que los Uniformados chilenos, con un apoyo mayoritario de la ciudadanía, enfrentaron un duro proceso de reconstrucción de una economía demolida, de una sociedad con las odiosidades a flor de piel, de una institucionalidad arrasada y de una convivencia social definitivamente complicada por la predica incesante con que pretendieron enfrentar a chilenos contra chilenos en su demencial plantificación de una guerra civil.

Titulamos que sentimos lástima por Chile, como no la vamos a sentir al ver como las siniestras posiciones totalitarias de las izquierdas, a las que se suma servilmente la democracia cristiana y sectores acomodaticios de la derecha, han establecido una censura férrea contra la verdad e institucionalizan de manera casi irreversible un falseamiento monstruoso de nuestra historia, transformando a los agresores en víctimas.

La renuncia de Otero a su cargo, y la aceptación de ella por parte del Gobierno de Sebastián Piñera demuestra, lastimosamente, que el poder de la concertación sigue intacto, que ellos “fusilan” o funan mediáticamente a quienes opinan diferente y que sus ideas las imponen con la brutal fuerza de la diatriba, la mentira, el engaño, sin que ninguno de los falsos derechistas saque su voz en defensa de la realidad.

Nunca fuimos particularmente afectos a las posturas del ex Senador Otero, por considerarlo extremadamente liberal para juzgar lo que sucedió en el país, pero no podemos dejar de defenderlo en esta circunstancia especial porque nos parece inmoral que quienes han hecho una campaña en base a eliminar las exclusiones aparezcan hoy excluyendo a una parte importante de la ciudadanía que es agradecida del Gobierno Militar.

Pocos que gritan, más bien aullan por el dolor que les significó que se impidieran sus bárbaros designios para nuestra Patria, que implicó la primera derrota del comunismo internacional y fue el presagio de la caída del telón de hierro con que ocultaban su fracaso y la bestialidad del sistema que querían instaurar en estos lares, han tenido el poder de doblegar a un Gobierno que al menos tendría la obligación moral de reinstalar la verdad hipocritamente pisoteada por los que hoy son sus fieros opositores.