General descontento, por Mario Montes.

General descontento,

por Mario Montes.

Alguno puede creer que el título se refiere a algún militar que nos está satisfecho con lo que está sucediendo en el país, no se trata de eso, el título en lo que nos muestra a nosotros la encuesta publicada ayer por ADIMARK, que existe un descontento mayoritario de la ciudadanía por la manera en que se hacen las cosas en el país.

No nos extraña que el Gobierno de Sebastián Piñera no tenga buenas calificaciones, desde el día en que asumió el poder ha habido una perversa campaña contra su persona, de ataque a su administración y de minimización de la inmensa obra que ha hecho cumpliendo esas promesas que la concertación no cumplió en sus 20 años de Gobierno.

Lo que nos llama la atención es que sus opositores, tenaces y violentos, solo han logrado desmoronar la imagen del Mandatario, pero, a la hora de las evaluaciones ellos aparecen como los netos perdedores, pues la ciudadanía califica cada vez de peor manera la manera en que están ejerciendo la oposición y la falta de moralidad de su accionar.

En situaciones como las que estamos viviendo se podría pensar en que la ciudadanía se podría “guarecer” en el resto de los Poderes del Estado, pero resulta que el Parlamento ha logrado, por actos propios, cosechar un desprestigio fenomenal y que el Poder Judicial es visto como el responsable del brutal crecimiento de la delincuencia.

Aquí, el que quiera sacar cuentas alegres con las calificaciones de los demás, como ha sucedido en todas las encuestas anteriores, se está equivocando una vez más, pues el accionar poco honesto de algunos, definitivamente obstruccionista de otros y acomodaticio de algunos grupos marginales, como el PC, ya han llenado la paciencia del pueblo.

Existe el convencimiento, con el que concordamos en gran parte, que la política es sucia y que en ella se encuentran los peores elementos de nuestra sociedad, pero, cuidado las generalizaciones son peligrosas en injustas, por lo que junto a demagogos y sinvergüenzas también hay elementos de calidad que pretenden el bien del país.

Nuestro eslogan indica que “pueblos bien informados difícilmente son engañados”, lo que es cierto, creemos que es tarea de todos los que queremos la dignificación de la política, esencial para el funcionamiento de la democracia, desenmascaremos en las próximas elecciones a los malos elementos y les denunciemos con fuerza.

Hasta el momento ha ganado el mal, no porque sean mayoría o porque sean mejores que el resto del país, han triunfado porque la gente sana y de valores del país, por abulia, comodidad o cobardía les ha dejado el camino libre para que hinchen sus asquerosas ambiciones y para que usufructúen de los generosos salarios que reciben por “sacrificarse” por el pueblo.