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martes, 15 de noviembre de 2011

Poco aprendizaje de la historia, por Mario Montes.

(Foto de nuestro Director, Mario Montes).


Poco aprendizaje de la historia,

por Mario Montes.





Poco hemos aprendido de las lecciones que nos está dando la historia y del alto precio que se ha debido pagar por errores, que parecemos estar dispuesto a repetir de manera indefinida, como queda demostrado por la importancia política que damos a demagogos y populistas que se empeñan en realizar promesas que difícilmente son sustentables en el tiempo.



En estos precisos momentos gran parte de Europa está pagando el costo brutal que implica realizar cambios sociales de repartición de beneficios, muy necesarios por cierto, pero que no se encuentran avalados por ingresos de los Estados ni por aumentos productivos, lo que tiene a importantes economías al borde del colapso y necesitadas de salvataje inmensos.



Lamentablemente el costo de los ajustes que es necesario realizar, reducción de los gastos públicos, rebaja de las plantillas de trabajadores estatales, reducción de los beneficios sociales, rebaja de las pensiones y aumentos tributarios son pagados por los que eran supuestamente beneficiados, que de la noche a la mañana ven esfumarse sus prestaciones.



En Chile parecemos ir a contra ciclo, valiéndose de los inmensos ingresos proporcionados por un precio inusualmente alto del cobre, llevamos 6 años de inmenso crecimiento de los gastos fijos del Estado, comprometiendo gastos que son de justicia realizar, pero, que son insustentables con un precio normal del metal rojo, lo que nos augura prontas necesidades de ajustes.



Pareciera haberse desatado una carrera por ofrecer y pedir cada vez más, pero aparentemente nadie está recordando en esta frenética competencia que financiar gastos fijos y permanentes con ingresos variables, y sin aumentos significativos de la productividad, son un camino parecido al del infierno, pavimentado con buenas intenciones.



Los últimos Ministros de Hacienda han realizado verdaderas apologías a los impresionantes aumentos que reflejan los presupuestos nacionales año a año, al parecer considerando que la bonanza será eterna y al parecer sin haber entendido que los ciclos económicos de calma financiera son siempre un anticipo de estrecheces durísimas.



No queremos ser pesimistas, pero creemos que estamos siguiendo un camino muy parecido al que llevó a Grecia al desastre, de una manera bastante inconsciente, siguiendo las consignas “atractivas” de demagogos y populistas a los que realmente no les interesa el bienestar de los pueblos, los que solo pretenden establecer regímenes liberticidas.

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