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lunes, 21 de noviembre de 2011

Si dices la verdad, vas preso, por Gustavo Azócar Alcalá.

Gustavo Azócar Alcalá  periodista y 
profesor universitario venezolano.


Si dices la verdad, vas preso,
por Gustavo Azócar Alcalá (*).





Así funciona la Justicia en el Gobierno de Hugo Chávez: los que denuncian van a la cárcel, y los denunciados son premiados con cargos en el Gobierno



En Venezuela, si dices la verdad vas preso. Si denuncias la corrupción de un gobernante afecto al oficialismo, vas preso. Si osas desafiar a uno de los oficiales que participaron en el golpe de Estado del 4 de Febrero de 1992 y lo denuncias por corrupto, lo más seguro es que vayas preso.



Eso fue exactamente lo que me ocurrió, primero en marzo de 2006 y luego en julio de 2009. Como periodista y corresponsal de medios nacionales, investigué y denuncié presuntos hechos de corrupción cometidos por Ronald Blanco La Cruz, ex gobernador del Estado Táchira y ex compañero de armas de Hugo Chávez y de María Iris Varela Rangel, ex parlamentaria y actual ministra de Asuntos Penitenciarios.



Tanto Blanco La Cruz como Varela anunciaron que me llevarían a la cárcel. Y lo cumplieron.



El 6 de marzo de 2006 fui detenido por policías al servicio de Blanco La Cruz y luego internado 15 días en el centro Penitenciario de Occidente, una de las cárceles más peligrosas del país. Luego, el 29 de julio de 2009 fui detenido por segunda vez y recluido en la misma prisión hasta el 26 de marzo de 2010. Me inventaron un delito común (como se lo inventaron a Patricia Poleo, Nelson Mezerhane, Guillermo Zuloaga o Leocenis García) y me condenaron a 30 meses de prisión. Debo presentarme en un tribunal cada 15 días y pedir permiso para poder salir del país.



Lo extraño es que ni Blanco La Cruz ni la señora Varela nunca pudieron desmentir las publicaciones que contra ellos hice en medios nacionales y regionales. A Blanco La Cruz lo denuncié por malos manejos administrativos durante los ocho años de gestión como gobernador, con pruebas contundentes e irrefutables. Tengo en mi poder una carta original enviada por Blanco La Cruz a la juez rectora del Estado Táchira, donde le pide un cargo a una amiga suya. Eso se llama tráfico de influencias y es un delito sancionado por las leyes venezolanas.



De la señora Varela escribimos un libro, titulado Historias Negras de los Próceres Rojos, con pruebas irrefutables de hechos de corrupción cometidos por ella. Tampoco pudo rebatir ni desmentir lo que de ella se dijo. Más sin embargo, el que estuvo preso fui yo. Así funciona la justicia en el Gobierno de Hugo Chávez: los que denuncian van presos, y los denunciados son premiados con cargos en el Gobierno. A Blanco La Cruz lo nombraron embajador en Cuba y a Varela le dieron un Ministerio. A mí me dieron una condena de 30 meses, de los cuales pasé ocho meses y medio encarcelado. ¿Esto es libertad de expresión?

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