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jueves, 7 de enero de 2010

Una colusión asqueante.....

Vencer a la colusión.

En 10 días más tenemos la posibilidad de derrotar electoralmente a la desvergonzada colusión entre la corrupta concertación y el partido comunista que se aferran con dientes y uñas al poder del que han profitado estos 20 años.

Sin rencores ni resentimientos, con solo un lápiz y una marca en el voto, podemos provocar el cambio que Chile necesita para no seguir vegetando y dar el salto que se requiere para terminar con la miseria y dar a los jóvenes posibilidades de futuro.

Los equipos que han Administrado el país en estos cuatro Gobiernos han demostrado una absoluta incapacidad en temas básicos como terminar con la delincuencia, mejor la educación y la salud, o crear condiciones que permitan a los chilenos tener un trabajo digno.

No caigamos en la trampa oficialista, Frei no representa el cambio, solo es más de lo mismo, como lo prueba de manera irrebatible el hecho que de ganar será apoyado por los mismos que han ejercido el poder en estos años, a los que solo se suma el comunismo.

Por el contrario, para cambiar debemos buscar gente nueva, que hay mucha muy calificada, excelentemente prepara y honesta, que solo necesita la oportunidad para demostrarnos que las cosas se pueden hacer mejor y que los problemas se pueden superar.

Se dan todas las condiciones para que se produzca la alternancia en el poder, los chilenos estamos cansados de la mediocridad, la concertación lleva un pésimo candidato, y como si fuera poco, las divisiones, la falta de ideas y el temor hacen presa del oficialismo.

Las organizaciones totalitarias, comunistas, socialistas, PPD y radicales, que Gobernaron con Allende, se han coludido con la democracia cristiana para apoderarse del Estado de Chile utilizando el engaño y jugándosela por la mala memoria tradicional de nuestro pueblo.

Frei, cual un travesti político, está usando todo tipo de ropajes en su intento por alcanzar nuevamente la Primera Magistratura, en la que tan mal lo hizo en la década pasada, aun el colgarse de la faldas de Bachelet o recurrir a los más espurios pactos.