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martes, 19 de enero de 2010

Después de las elecciones.



Ni vencedores ni vencidos.

Sin duda alguna después de este verdadero plebiscito que hemos tenido entre el estatismo que propugnaba Frei y las libertades que planteaba Piñera, no debe haber vencedores ni vencidos, desde anoche debemos acordarnos solamente que somos chilenos.

Sin duda, aunque era lo caballeroso y decente, no esperábamos que Frei reconociera tan temprano su derrota, a eso de las 7 de la tarde, actitud que valoramos y de la que nos alegramos pues parece demostrarnos que las descalificaciones solo eran asuntos de campaña.

El llamado de Bachelet a Piñera, y su posterior visita al triunfador, también nos ha devuelto el optimismo, pues esas actitudes totalizantes y de intervención electoral también pareciera fueron fruto de las pasiones y ambiciones por mantener el poder.

La invitación de Bachelet para que Piñera la acompañe a la Cumbre de Rio, en febrero, "interactuar y ser presentado al conjunto de mandatarios de la región", nos pareció una buena señal sobre todo considerando que a Piñera corresponderá ejercer la Presidencia pro tempore de la asociación.

La noche del domingo, que tuvo dos visiones, se vieron las caras largas, lógicas de una derrota difícil de aceptar, y por el otro las caras de felicidad de los ganadores, que habían pasado 20 años intentando derrotar a sus adversarios sin lograrlo, a pesar de haber estado muy cerca.

Lo que más nos sorprendió fue ver a miles de miles de chilenos, a lo largo y ancho del país, festejando este acontecimiento histórico con satisfacción y alegría, pero con orden, respeto y sin aceptar las provocaciones de algunos que no habían podido encajar la derrota.

Somos optimistas del futuro, esperamos que realmente se instale un Gobierno de Unidad Nacional, porque consideramos que son necesarios todos los chilenos y todas las capacidades nacionales para lograr el necesario desarrollo y la ansiada justicia social.

Tenemos la esperanza que en el nuevo periodo Gubernamental que iniciaremos en marzo se haga carne en el país esa promesa, que no se cumplió y que tantas frustraciones dejó, de crecer con igualdad, es decir que el crecimiento llegue a todos los hijos de esta tierra.

También estamos llenos de expectativas, no solo de la renovación de la política, por el necesario cambio en la forma de actuar de los políticos, que deberán hacer un esfuerzo por dejar de ser quienes tienen las peores evaluaciones ciudadanas.

Chile somos todos y debe haber cabida para todos los chilenos en un lucha que será titánica para poner en marchas sistemas educacionales y de salud aceptables, dar un trato digno a los trabajadores y a los pensionados, además, de derrotar a la delincuencia y el narcotráfico.