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viernes, 15 de enero de 2010

MEO: UNA GRAN ESTAFA.....


La Gran Estafa Electoral,
por Rodrigo Lema González (*)

No cabe duda de que el notición de la semana fue el anuncio oficial de Marco Enríquez-Ominami de que votaría por el candidato oficialista, Eduardo Frei, en la segunda vuelta electoral a realizarse el 17 de enero.

A pesar de que dejó a sus votantes en libertad de acción -tal como lo hizo después de la primera vuelta, realizada el 13 de diciembre- , destacó que un "abismo" lo separaba de Sebastián Piñera, y que, debido a esas diferencias tan grandes, no podía darle el voto. Lo curioso fue que, al momento de oficializar su apoyo al senador DC, ni siquiera lo mencionó, refiriéndose a él como "quien obtuvo el 29%".

ME-O basó su posición en una lucha contra las cúpulas partidistas de la Concertación. Esto le atrajo el apoyo de un 1/5 del electorado, que recorrió transversalmente todo el espectro político. Este "voto de castigo" estaba compuesto pr¡ncipalmente por jóvenes de tendencias liberales y adultos decepcionados de las prácticas totalitarias que se dieron en el conglomerado oficialista, principalmente en el PS y en la DC.

Durante la campaña previa a la primera vuelta, siempre criticó tanto a Frei como a Piñera, considerándolos "líderes del pasado", según sus propias palabras. Además, supo hilvanar bien el slogan del "cambio" durante la primera vuelta -no por nada ha sido la candidatura independiente más exitosa de toda la historia chilena-, y se veía que podría construir un nuevo referente sin problemas.

Pero con esto, todo quedó en nada. Terminó apoyando al mismo hombre que lo denostó públicamente varias veces a él y a su esposa; a los mismos que no le dejaron participar en las primarias y que lo consideraban un "cabro chico". Ahora, el título de "díscolo" que enarboló por tanto tiempo -y que incluso es el título de un libro sobre él- se fue al basurero, junto con todos sus ideales.

Como consecuencia, no debería tener cara para presentar su proyecto político el 2014. Y si lo hace, probablemente varios lo van a mandar al infierno.

Yo no voté por Enríquez-Ominami, pero varios de mis amigos y conocidos sí lo hicieron, y tengo por seguro que muchos estarán profundamente decepcionados por haberlo elegido. Una muestra de esto son las opiniones que se dieron del tema en los medios, además de las encuestas en Twitter, donde una aplastante mayoría rechazó las decisiones del díscolo, llamándolo "vendido"; "traidor"; "chanta" e "inconsecuente". Sólo estoy mencionando las más livianas, ya que las demás caen bajo un rúdico velo de rara violencia idiomática que reprobamos.

Tal como dice la carta que mandaron hoy a El Mercurio respecto al tema, "Marco pidió el voto con promesas y terminó votando con explicaciones".

Una estafa total, completa y absoluta.

(*)Rodrigo Lema Gonzalez es un joven estuudiante de periodismo al que auguramos un gran futuro en las letras nacionales.