Con cierta reiteración nos hemos referido a las dudas que nos producen las cifras que entregan las instituciones oficiales, en las que creemos hay una descarada manipulación destinada a mostrar índices mejores que los reales, advirtiendo que la ciudadanía nota el engaño en su vida diaria.
Así nos parecen sospechosos los índices de desempleo, que de acuerdo a lo que vemos son infinitamente superiores a los declarados, o las cifras de inflación, que todos los meses vemos desmentidas con los inmensos aumentos de precios de los productos de consumo y los servicios.
Los escándalos producidos en los últimos días con relación a la falta de notificación de los casos de infectados con el VIH, SIDA, nos han llevado, también a dudar de los informes que se entregan del estado sanitario de la nación y a dudar de las efectividades de las políticas públicas en estas materias.
Desde hace más de 18 años se ha establecido una política, muy singular por cierto, de hacer estallar los fusibles, sacar a los funcionarios subalternos para no reconocer las responsabilidades políticas de las Autoridades o simplemente se han tirado los problemas debajo de la alfombra para ocultarlos.
Hemos vivido, durante los cuatro últimos Gobiernos, de escándalo en escándalo, sean estos de ineficiencia, malas políticas publicas, inversiones “raras”, sobresueldos asignados a si mismo, intervención en los procesos electorales, corrupción acelerada del sistema público.
Las comisiones investigadoras de la Cámara de Diputados casi nunca han llegado a resultados al buscar establecer las responsabilidades políticas, las ordenes de La Moneda y de los partidos oficialistas han inhibido estas instancias fiscalizadoras esterilizándolas totalmente.
Sin duda alguna todos los engaños son graves, básicamente porque desprestigian a la institucionalidad y alejan a la gente honesta de las actividades públicas, las últimas, en los casos de VIH tienen connotaciones criminales, pues arriesgan a la extensión incontrolada de este grave síndrome de inmunodeficiencia.
A los casos ya conocidos del Hospital de Iquique, 25, se sumó la falta de notificación de 5 nuevas situaciones similares en el Hospital del Salvador y el Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados denunció la existencia de 130 casos en el Hospital San Borja- Arriarán.
El Ministro Erazo, que el Juves anunciará la realidad de estas extrañas situaciones, afirmo anoche que en el país existen 320 casos de infectados con VIH sin notificar,, asegurando, además, que hay 60 casos más por confirmar, lo que sin duda alguna implica graves riesgos para la población.
La situación es grave, pues demuestra que la cifra de contagiados es desconocida, pero se convierte en tétrica al comprobar que la desidia de algunos puede haber llevado a un aumento explosivo de los casos por la falta de diligencia en el cumplimiento de sus obligaciones y el nulo control de las superioridades.
Creemos que los chilenos debemos preguntarnos ¿en qué manos hemos puesto el país? y ¿Quienes responden por estos actos criminales que pueden llevar a muchos conciudadanos a la muerte? Estas negligencias, moralmente inaceptables, constituyen verdaderos asesinatos de personas inocentes.