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jueves, 13 de noviembre de 2008

Estafista quiere volver a La Moneda.

La soberbia y la amoralidad de Ricardo Lagos Escobar parecen no tener limitación alguna, después de haber dilapidado los recursos públicos de manera escandalosa, de haber engañado a la ciudadanía en forma permanente y de haber pervertido, con la inoculación de la corrupción, el aparato Fiscal, ahora aparece nuevamente como posible candidato a la Presidencia de la Republica.

Que el PPD lo proclame no es raro, carecen de líderes y además están nominando a su fundador, lo extraño es que este presunto estadista, que no hizo nada bien durante los seis largos años de su administración, que a nombre del socialismo exacerbó y aumento las diferencias de distribución de los ingresos, pretenda tener alguna posibilidad de poder seguir engañando al pueblo al que frustró.

El Historial corrupto de Lagos es largo, comienza en el Gobierno de Patricio Aylwin, en el que como Ministro de Educación adquirió en España las llamadas aulas tecnológicas, pagándose por ellas fuertes sobreprecios, que seguramente fueron a algún bolsillo cercano, y que nunca prestaron ningún servicio porque no fue posible ponerlas en funcionamiento.

En la Administración de Eduardo Frei, ya como Ministros de Obras Públicas, inició un inédito sistema para pagarse y pagar sobresueldos a los amigos, el que consistía básicamente en inflar las cotizaciones de las obras contratadas, o de los estudios solicitados, y los dineros “excesivos” volvían a los bolsillos de los beneficiados en dinero efectivo como adición a los salarios.

Los rumores, que nosotros no podemos confirmar, indican que varias de las concesionarias beneficiadas por su administración Ministerial, en especial una que quebró de manera estrepitosa, que se habría puesto con 100 millones de dólares, fueron los financistas de su campaña para las elecciones presidenciales, la que si usted no recuerda fue tremendamente dispendiosa.

Ya en la Presidencia no dejó cosa por hacerse, desde la perdida de una jarrón de 100 millones de dólares en la Corfo, a cargo de un pariente de su señora, la grotesca adquisición de chatarra a España para Ferrocarriles del Estado. La generalización de los sobresueldos para los amigos o una vergonzante utilización de los fondos públicos con fines electorales.

La sobre utilización de los recursos fiscales para un verdadero culto a la personalidad dieron al sujeto una gran popularidad hasta que dejo el poder y se comenzaron a saber las inmensas magnitudes del daño ocasionado al país, las cantidades fastuosas de dinero botadas a la calle o la manera desvergonzada con la que colocó a su familia a vivir a costa del estado.

Sin lugar a dudas lagos ha sido un fantoche con un bonito discurso, algunas veces conmovedor hasta que llegó al poder, pues de allí en adelante comenzó a tratar al pueblo con una altanería digna de la caricatura que se hace de los antiguos dueños de fundo y, ante las primeras protestas, ordenando a las fuerzas policiales feroces represiones contra los osados.

El “gato de campo”, ni su pandilla mafiosa, deben volver a La Moneda, de hacerlo sin duda alguna pondrán ruedas a lo poco que va quedando del país, pues, como buenos izquierdistas quieren repartirse personalmente el fruto del trabajo y el sacrificio de los 16 millones de chilenos y pegarse otra parranda a costa del pueblo.

Las herencias de Lagos, la corruptela, la falta de ayuda a los terremotos del norte, la entrega de nuestras costas a las grandes factoría en desmedro de los pescadores artesanales, los brutales apaleos a los trabajadores portuarios, el maldito tren al sur, que solo funcionó para la inauguración, o el Transantiago, no ameritan que este jactancioso petulante pueda aspirar nuevamente al poder.