La Democracia Cristiana parece haber nacido llena de “complejos”, por provenir del Partido Conservador, la derecha católica, parece tener confusiones de significados, por haber nacido “corporativista” demuestra ininteligibles desconciertos al momento de actuar como demócratas, la activa “infiltración” extremista sin duda les dejo traumas serios, su llamado a los militares a derrocar a Allende, con la posterior colaboración con el régimen de los Uniformados, parece haberlos llenado de una serie de desbarajustes intelectuales, única manera de entender su política de coalición con aquellos a los que ha detestado desde siempre.
Las posiciones del Partido Falangista has sido descritas de distintas maneras a lo largo de la historia, así algunos dirían que son acomodaticias y que solo se giran para el lado en que “mas calienta el sol”, otros afirmarían que sus actuaciones son de tipo pendular, porque van desde la derecha a la izquierda, pasando de manera permanente por el centrismo, otros le calificarían, sin dudarlo mayormente de corruptos aprovechadores que están siempre dispuestos a satisfacer sus necesidades por cuenta de la caja estatal, otros, los más no lo pensarían mucho antes de espetarles que han actuado permanentemente como la meretriz de la política.
Solo después de este somero recuento de situaciones y formas en que ha sido calificada por su manera de actuar la colectividad que comentamos, es posible entender que, declarándose demócrata y cristiana, se haya asociado con grupos que a nivel mundial se han caracterizado por políticas totalitarias y bastante sanguinarias, y en nuestro país también, no olvidemos que trataron de imponernos su socialismo por la fuerza, o que han combatido a todas las confesiones religiosas simplemente porque su mentor, Carlos Marx, las calificó como “el opio del pueblo”.
Se declaran representados por la doctrina social de la Iglesia, entiéndase que se declaran católicos romanos, para en su accionar contradecir todo el magisterio moral de la confesión de la que se declaran seguidores. Píldoras abortivas, fomento de la eutanasia repartos de condones, destrucción de la familia, degradación de los valores, fomento de los sentimientos “sensoriales”, perdida de la espiritualidad, son la herencia de la concertación, que en su accionar a contado con el “aval” de la democracia cristiana, sea este por votación conciente o por omisión culposa.
Los falangistas provienen de un verdadero crisol social y económico, por lo que es corriente encontrar entre sus filas a los más señoriales y finos representantes de lo que en Chile se ha llamado aristocracia, a representantes del pueblo más llano. En los aspectos económicos su militancia tiene desde los antiguos latifundistas, pasando por los más adinerados industriales, banqueros, mineros o factores de servicio, hasta al obrero de vida más estrecha. A raíz de la conformación societaria nada hace explicable sus resentimientos ni si rabia anti-derechista.
Una precisión que es necesaria es la de clarificar que es la derecha económica, aunque resulta obvio que son aquellos que poseen las mayores riquezas de la sociedad reunidas en pocas manos. Los tradicionalmente ricos han sido rápidamente reemplazados por una nueva clase de millonarios nacidos de los beneficios que provoca la cercanía con la caja fiscal o los “negocios” que propicia el ser “amigos” de quienes tienen el poder. Por motivos obvios la derecha económica necesariamente tiene que estar cercana al poder, pues allí es donde se ganan la plata.
Aunque a algunos disguste, la Democracia Cristiana haría bien en tomar nota de que no tiene ninguna posibilidad de que Alvear sea la abanderado concertacionista. Su postulación no tiene brillo ni siquiera para montones de adherentes a la colectividad.