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sábado, 13 de noviembre de 2010

Divagaciones de Mario Montes....



Reformas políticas,

por Mario Montes



Desde el Gobierno y la oposición se escuchan propuestas para realizar reformas políticas, sean esta sobre la inscripción automática y el voto voluntario, sobre el voto de los chilenos residentes en el extranjero, las primarias obligatorias y vinculantes u otras más burdas que pretenden aumentar los cargos Parlamentarios.



Creemos que la reforma por la reforma es algo que no se debe dar, estamos de acuerdo con que la inscripción sea automática solo en el caso que el ejercicio de este derecho sea voluntario, pues de otra manera es una nueva forma para ir quitándonos espacios de libertad y obligarnos a participar aunque estemos en desacuerdo con los postulantes.



En cuanto al voto de los chilenos en el extranjero tenemos una posición totalmente negativa, pues sin conocer cabalmente la realidad nacional ni los postulados de los candidatos, pueden definir los procesos electorales, pero, si se equivocan en su determinación seremos los residentes en el país quienes debamos pagar las consecuencias, pues a ellos no les alcanzan.



Las primarias las consideramos un avance, más aún si son obligatorias y vinculantes, pero, para hacer más democrática la democracia se deben eliminar las trabas para la inscripción de candidatos independientes y partidos políticos, sin que estas primarias sean financiadas por el Estado, que ya ha transferido demasiados recursos a la política.



Una barbaridad nos parece la propuesta de crear más cargos Parlamentarios, 30 en la Cámara de Diputados y 12 en el Senado, sin antes sanear la política de los apitutados que se aferran a esos puestos, sin que exista una prueba de capacidades de los postulantes y sin exigirles el cumplimiento de sus promesas y de sus trabajos.



Consideramos que no es posible mantener un Parlamento, que al presupuesto Nacional le resulta muy oneroso, para tener en él a personajes de dudosa capacidad, de incierta moralidad, de precarios valores y absolutamente dedicados a la farándula, robándose con esa actitud el respeto que la Ciudadanía debe a esa Institución.



Pensamos que no es posible que sigamos teniendo un sistema de candidatos impuestos por los partidos políticos, por cierto lleno de barreras para la inscripción de nuevas colectividades y/o a la aparición de candidaturas independientes levantadas por la propia comunidad a efecto de limpiar una actividad que debe ser impoluta.



No es un problema de sistema electoral el que tenemos los chilenos, es el abuso de una situación dominante de los partidos políticos, una verdadera oligarquía, que silencian el verdadero sentir ciudadano y se apodera de la fracción de soberanía popular que corresponde a cada ciudadano, secuestrando la voluntad popular.





Democracia no es una formalidad en la que los ciudadanos deban votar, por formulas preestablecidas cada cierto tiempo, es un sistema en el que realmente la voluntad popular tiene peso y necesita, además, de sistemas revocatorios para que pueda sancionarse a aquellos que llegan al “poder” por la vía del engaño o la mentira.