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sábado, 16 de mayo de 2009

MEDITACIONES PARA EL FIN DE SEMANA.

( Este cartél nos demuestra algunas de las herencias
 de la concertación que hay que cambiar)


MEDITACIONES PARA EL FIN DE SEMANA.

Un 52,8% bajaron las exportaciones de cobre en el mes de Abril en comparación con el año pasado, totalizando 1.753,7 millones de dólares, la baja de los ingresos por venta del metal rojo en el primer cuatrimestre del año llegan a un 59%, lo que implica un menor ingreso en estos cuatro meses de más de 6 mil millones de la verde moneda del norte.


Ayer el Cobre se cotizó en los mercados internacionales en un precio de US$ 1,97 por libra, lo que de acuerdo a nuestras estimaciones y a las informaciones que tenemos del mal manejo de CODELCO escasamente alcanza para cubrir los costos de producción del gigante Estatal que se han mas que triplicado en estos años concertacionistas.


Antiguamente se consideraba el cobre como el sueldo de Chile, algunos lo llamaban la viga maestra, hoy parece ser una fuente de provisión de altos ingresos para algunos grupos privilegiados, un dispensador de riquezas para los cercanos a la Administración, pudiendo llegar a convertirse para el país en una carga muy difícil de poder solventar.


CODELCO debe ser reestructurada en serio, existe un desorden administrativo, una falta de claridad en los objetivos, determinaciones técnico profesionales absurdamente tomadas, planificaciones de dudoso contenido empresarial y un “amiguismo” que son peligrosos para la actividad y que ponen en entredicho las capacidades de quienes han sido nombrados por el Gobierno.


A nosotros no nos extrañaría que de haber una exhaustiva fiscalización, como hemos denunciado muchas veces, se destapara una olla que dejaría atónitos a los chilenos por la manera descarada con que han saqueado esta empresa en los últimos 20 años, transformándola en una parcela pagadora de favores políticos de la democracia cristiana.


No nos resulta raro, en toda la Administración pública se ve el mismo panorama desolador, la corruptela de la concertación ha confundido los dineros del pueblo con los haberes propios y los han dilapidado de una manera vergonzante, o se los han robado de una forma miserable.


Los ejemplos sobran, nombraremos solo algunos por ser los más emblemáticos, el Davilazo que costo a CODELCO centenares de millones de dólares, EFE que ha costado a los chilenos miles de millones de dólares, ENAP, que solo el año pasado perdió mil millones de dólares, el jarrón de “yernísimo” que costo a la CORFO cien millones de dólares.


De llapa dejamos los desvíos de fondos de los planes de creación de empleo a las candidaturas oficialistas, las coimas, los sobresueldos, el Transantiago, los viáticos brujos, Chiledeportes, los funcionarios brujos y tantas otras maneras de las que han desangrado las arcas Fiscales.


Por todos los motivos anteriores, creemos que la primera consideración con vistas a las elecciones de diciembre es la necesidad de cambiar a quienes lo han hecho tan mal, de desarticular la máquina corruptora que funciona a la perfección después de 20 años de gobiernos del mismo signo, de despedir a quienes solo han demostrado incapacidad y amoralidad.


Puede que Piñera no sea de nuestro total gusto, que se le hagan muchas críticas, pero pensamos que al país le debemos dar la oportunidad de probar con una nueva mano, de demostrarnos a nosotros mismos que no merecemos la mediocridad que se ha instalado en La Moneda, de tratar de forjar un futuro mejor para nuestros jóvenes y un presente digno para nuestros viejos.


Debemos enmendar los rumbos, vamos por un mal camino que nos conduce inevitablemente al despeñadero y a confrontaciones sociales de muy difícil pronóstico, llevemos a los mejores al poder, Chile requiere más porque Chile puede más......no nos dejemos engañar por la misma música con que nos han estafado estos 20 años.



Un nuevo ciclo político

Oscar Godoy Araya

Si nos atenemos a los resultados de las última encuestas, podemos hacer, con bastante certidumbre, un pronóstico electoral para el próximo sábado: Piñera llega primero en la primera vuelta y derrota a Frei, con diez u once puntos de ventaja, en la segunda. “No hay dónde perderse”, parecen decir los fríos números.


La conjetura sobre el largo plazo es más complicada. En este caso, el pronóstico se basa principalmente en un diagnóstico sobre el presente y el pasado inmediato. Son muchos los índices que nos revelan que la Concertación es el agente motor de un ciclo político que está llegando a su fin. Y, a la vez, que la salida, para inaugurar uno nuevo, es la alternancia. En una democracia plenamente normal, la alternancia es un simple procedimiento, que permite el relevo de programas y equipos de gobierno. Sin embargo, en esta precisa coyuntura, este procedimiento asumirá las características del último trámite de un proceso social y político irreversible y de gran envergadura. Y esto es lo que está ocurriendo en nuestro país. Por esta razón, en cierta medida, el curso de este proceso es previsible y difícilmente reversible por la voluntad exhausta de una elite política. Cada día sumamos uno o más síntomas que van dibujando la curva de la caída de la actual coalición gobernante. Ni siquiera tengo necesidad de enunciarlos, porque son un lugar común en la opinión pública. Allí están los emigrados y exiliados, dando testimonio de expulsiones y renuncias solidarias. Y para qué decir las secuelas del gobierno ineficiente, la corrupción y la inseguridad ciudadana. El reciente abandono de Enríquez-Ominami pone en vitrina la incapacidad oligárquica de la Concertación para regenerarse a través de nuevos líderes.


In extremis, la coalición y el candidato concertacionista esperan que la evaluación altamente positiva de la Presidenta Bachelet derrame sus gracias sobre ellos y los exima de su dramática situación. Se equivocan. En las encuestas, cuando se pide evaluar a un agente político, “independientemente de su posición política”, la respuesta no significa adhesión electoral. Es por eso que no hay contradicción entre una buena evaluación de la Presidenta y una mediocre, mala y pésima evaluación de sus políticas en sectores claves de su gobierno, excepto en economía y relaciones exteriores (ver “completa” la última encuesta Adimark).


Además, hay índices suficientes para afirmar que hemos alcanzado una de las metas centrales de la reconstrucción democrática del país: instalar en forma irreversible a la sociedad civil chilena en el curso mayor de la democracia. Nuevamente están vigentes y en desarrollo las instituciones y las prácticas de la democracia que nos legaron los padres fundadores de la República. Las diferencias que nos separaron al fin del período autoritario se han extinguido. Invalidando la retórica de la descalificación.


Las encuestas confiables, acumuladas desde los años noventa, nos entregan información relevante sobre la caída sin pausa de la Concertación. Y, a la vez, las de los seis últimos años, del ascenso de Piñera como un liderazgo capaz de inaugurar el nuevo ciclo político y crear las condiciones para que la oposición gobierne el país. Gobernar y ser gobernado por turno es una de las aspiraciones más antiguas de la democracia. Negar la alternancia esconde la pretensión, vana, intolerante e injusta, de perpetuarse en el poder, para compartirlo con una elite convertida en oligarquía.