La corrupta concertación se deshace.
Desesperadamente, sea desde el Gobierno con acciones parafernálicas y anuncios que son verdaderos fuegos artificiales, o desde los partidos de la concertación con todo tipo de promesas tratan de revitalizar la moribunda campaña Presidencial de Eduardo Frei, que a pesar de los esfuerzos sigue sin tomar fuerza porque, por ul lado es malo en candidato y por el otro hasta los seguidores de la alianza oficialista están cansados de la incapacidad y falta de honestidad que han demostrado sus representantes.
La irrupción de Enríquez Ominami, entre muchos otros candidatos descolgados, demuestra básicamente que la coalición oficial no solo está agota y falta de ideas, nos señala que el extremismo que estaba oculto al alero de sus Administraciones se ha cansado de seguir haciéndole el juego a gente que tiene un discurso público políticamente correcto y un actuar moralmente insostenible.
Pruebas de lo que decimos sobran, baste ver la pésima administración de CODELCO, las increíbles pérdidas de Transantiago, la desastrosa administración de EFE, el manejo deficiente de la ENAP, los robos y la rapiña que se destapan cada vez que alguien hace alguna investigación sobre los manejos económicos de los “representantes” de La Moneda en las empresas públicas o en los diferentes servicios, en los que quedan en evidencia los verdaderos latrocinios que han realizado con los dineros del pueblo.
Sin duda la concertación está destruida por dentro, sus dificultades no vienen de sus adversarios, vienen de elementos propios que tratan de desmarcarse de la ineptitud imperante, de la escasez de ideas que demuestra el oficialismo, de la rapiña que han institucionalizado y de las molestias que han provocado a una ciudadanía que da señales inequívocas de estar hastiada con quienes han ejercido de tan mala manera el poder durante estos últimos 20 años.
Los seguidores de Allende, que ciertamente tienen poco que ver con los democratacristianos que apoyaron su derrocamiento, los adoradores de Fidel Castro, que ven como sus partidos han traicionado lo que han dicho defender, y los defensores de Hugo Chávez y su socialismo del siglo 21 han comenzado a buscar alternativas que les liberen del tutelaje de estos políticos corruptos que se cambian de posiciones como quien reemplaza la camisa sucia.
La concertación está vacía, es solo un cascarón en el que se han parapetado un grupo de “señorones” y “señoronas” que hacen los posible por mantenerse apernados en las posiciones de poder que tantos dividendos económicos y políticos les ha brindado, y que han conseguido con el engaño al pueblo y la manipulación de sus necesidades urgentes en beneficio propio. La concertación se ha transformado en una oligarquía que se mantiene solo por el uso abusivo de los medios del Estado y la defensa de las riquezas que han obtenido.