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lunes, 24 de octubre de 2011

Potenciar Arica sin ceder soberanía, por Hernán Felipe Errázuriz.


Potenciar Arica sin ceder soberanía,

por Hernán Felipe Errázuriz.



Hace un año, junto al Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales, encabezado por don Gabriel Valdés en su última intervención en asuntos públicos, viajamos a Arica para impulsar planes para el desarrollo de esa Región. Incluíamos en ellos medidas más ambiciosas, como la exención total de impuestos, al igual como rige en la Isla de Pascua; mayores presupuestos de los ministerios sectoriales, y revivir una instancia formal de coordinación interministerial para esa zona.



El abandono de Arica ha llegado a índices dramáticos de despoblamiento, criminalidad y pobreza, y a situaciones vergonzosas: sus límites terrestres, precisados en la ley que la creó, fueron finalmente eliminados por el Tribunal Constitucional, pensando ingenuamente que con ello se evitaría la demanda peruana; contingentes de soldados peruanos y bolivianos han ingresado sin ser detectados; decenas de pasos fronterizos están descontrolados; centenares de vehículos robados terminan contrabandeados a Bolivia, y anualmente ingresan miles de indocumentados, muchos involucrados en narcotráfico, provenientes de los países vecinos. Al otro lado de la frontera, Tacna florece y se puebla mediante sustanciales estímulos tributarios.



Arica podría transformarse en un polo de integración vecinal y aprovechar su potencial agrícola, minero, industrial, turístico y arqueológico. Diversas medidas buscan fortalecer la soberanía y desarrollo de la XV Región, la de mayor importancia geoestratégica, cuyos límites marítimos defendemos en La Haya.



Para revertir el abandono de Arica, el Gobierno está empeñado en un programa de inversiones y en el mejoramiento de las franquicias fiscales. A la vez, está en marcha un plan de control fronterizo que aumenta las dotaciones policiales y consulta la coordinación con las Fuerzas Armadas y la Intendencia.



Mientras tanto, en vez de apoyar las nuevas medidas para fortalecer Arica, algunos políticos vuelven a plantear negociaciones para ceder parte de sus territorios a Bolivia. Recurren a fórmulas válidas para otra época, menospreciando a la modernidad que permite integraciones vecinales y usos multinacionales de puertos, como Rotterdam, sin entregar territorios. Crean incertidumbres y falsas expectativas que ignoran que el país se encuentra comprometido a defender la soberanía de cada metro de Arica, sea en La Haya o desde el mismo morro. Eluden que las pretensiones bolivianas, según su Constitución, son reivindicatorias de amplios territorios, que no se satisfacen con la aspiración de salida soberana al mar, instrumento político insaciable de Evo Morales y otros gobernantes bolivianos.



Los legisladores y el Gobierno tienen la oportunidad de dejar su sello de compromiso con la defensa de la soberanía nacional, invirtiendo, dando seguridad y legislando estímulos al desarrollo de regiones extremas que, por miopía o desinterés, se han abandonado.

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