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lunes, 20 de junio de 2011

Sexo, dietas, novelas y cigarrillos, por Hernán Felipe Errázuriz.


Sexo, dietas, novelas y cigarrillos,

por Hernán Felipe Errázuriz.

Algunos legisladores nos quieren imponer dietas alimenticias por ley. Legislan para someternos a sus preferencias de comida. Para que seamos saludables, buscan contar las calorías y controlar alimentos que estiman de “alto contenido de sal y grasas”.



No son los únicos. Evo Morales está en contra del consumo de pollos por razones sexuales; ha dicho: "El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones sexuales". También le preocupan los efectos de los alimentos en la calvicie: “En los pueblos indígenas no hay calvos, porque no comemos los alimentos que comen los europeos. Pueden verme a mí, por si acaso”. No se queda corto el Presidente boliviano: “Si hay divorcios, es por culpa de las novelas. Por culpa de las novelas, hombres y mujeres nos ponemos los cuernos”.



Ahora se quiere hacer más estricta la Ley Antitabaco, extenderla a sitios destinados sólo para fumadores en oficinas, edificios públicos y restaurantes. El alcalde de Nueva York ha ido más lejos: no permite fumar en parques públicos ni en las plazas. La protección de los fumadores pasivos ya no la podrían invocar: son espacios abiertos o en que todos son fumadores. El alcalde, en la misma línea de nuestros legisladores, ha dispuesto que quienes reciben ayuda social municipal no pueden comprar comidas de elevadas calorías ni bebidas con endulzantes.



Sobre estas últimas, Evo Morales parecería coincidir: “Cuando se tapa la taza del baño, ¿qué es lo que hacemos? Llamar al plomero (...). Sin embargo, el plomero con sus diferentes instrumentos no puede resolver eso, y nos dice: 'Dame cinco bolivianos, ocho bolivianos'. ¿Para qué? Para comprar Coca-Cola. Compra la Coca-Cola y la echa a la taza del baño. Pasan minutos y ya está destapada (...). Imagínense, qué químicos tendrá la Coca-Cola”. Morales exhibe títulos académicos para opinar: es doctor honoris causa en universidades argentinas, bolivianas, de España, Ecuador, Panamá, Venezuela y la universidad de Trípoli, reconocimiento que recibiera ante el mismísimo Moammar Jaddafi.



Muchos se sienten con el derecho para censurar, acosar psicológicamente, aislar y manipular en razón de la comida o del cigarrillo. Con soberbia e intolerancia, creen ser titulares de las buenas costumbres, del buen comportamiento y de la vida saludable. Por ellos, tendríamos que ser obedientes y no deberíamos comer congrio frito ni empanadas. Los niños tampoco podrían comer caramelos ni Súper Ocho. Habría que preguntarles cuánta sal ponemos a las comidas, qué novelas leemos y cómo controlar la libido. ¡Con qué derecho!

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