Meditaciones energéticas, por Mario Montes.

Meditaciones energéticas,

por Mario Montes.

Nada puede ser más lejano a la verdad que la difusión de verdades a medias, informaciones truncas o manipulaciones de una realidad de modo que pueda favorecer las posturas de alguna institución, los intereses de ciertas organizaciones políticas o los beneficios buscados por algunos grupos.

Sentimos que las argumentaciones con que estamos siendo bombardeados por parte de los grupos ecologistas, que se oponen a la construcción de represas en la Patagonia, y por parte de HidroAysén son engañosas, manipuladas y severamente incompletas.

Por un lado nos hablan de la destrucción de la Patagonia, lo que todos sabemos no es cierto, a lo que agregan que las líneas de transmisión la harían ver desde los aires como una guitarra eléctrica, mientras por el otro nos minimizan el impacto ambiental de la inundación de miles de hectáreas.

De un lado plantean que la solución está en la aplicación de tecnologías modernas basadas en tecnologías no convencionales renovables, como las eólicas, solares o mareomotrices, mientras por el otro se nos amenaza con un apagón que inhibirá las posibilidades de desarrollo.

Anoche escuchamos la posición del Senador Antonio Horvath, que no es precisamente un aparecido en estos temas, que asegura que Aysén es capaz de recibir miles de turistas al año, fuera de ser fuente de producción sana, por cierto con la infraestructura adecuada, nos pareció interesante.

Sin duda la utilización de centrales hidroeléctricas de pasada, aprovechando las altas cotas cordilleranas, son un aporte importante, básicamente por su bajo nivel de inversión, alta productividad y hacer innecesaria la construcción de miles de kilómetros de grandes torres de alta tensión.

Creemos que Chile debe diversificar su matriz energética usando todos los medios con que nos ha favorecido la naturaleza, entre los que no se encuentra el petróleo ni el gas, usando la energía hidráulica, geotérmica, eólica, solar e, inclusive, realizar estudios sobre la posibilidad mareomotriz.

Ya tuvimos una experiencia ingrata cuándo un ex Presidente nos amarró a una matriz gasífera dependiente de la Argentina que al poco tiempo nos cerró la llave dejando al país en una absoluta indefensión energética, debiendo tirar por la borda millonarias inversiones.

Lo que está claro es la necesidad de deshacernos, a la brevedad posible, de instalaciones contaminantes, como las centrales que usan combustibles fósiles, gas, carbón o biomasa, que son brutalmente contaminantes, aumentan los gases invernadero y aumentan el daño a la capa de ozono.

También es diáfana la necesidad de aumentar la cantidad, en lo posible con calidad y mejor precio, de nuestra producción de energía, pues de otra manera mantendremos a las empresas fuera de mercado por altos costos y a los sectores más postergados condenados a una permanente pobreza.

Junto a la necesidad de aumentar la cantidad de energía limpia, es imprescindible fomentar el ahorro energético usando instalaciones más eficientes, eliminar consumos innecesarios y mejorar la eficiencia de los electrodomésticos indispensables para la vida de hoy.