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miércoles, 12 de mayo de 2010

Mirando los paros estudiantiles, por Mario Montes.

Mirando los paros estudiantiles,

por Mario Montes.


Motivos para las paralizaciones de actividades, en cualesquier ámbito, existen siempre, pero creemos que los dirigentes deben considerar la real situación que vive el país antes de desencadenar movilizaciones sin destino y que solo se convierten en motivo de zozobra para las familias de los que apoyarán las protestas.

Los padres de los estudiantes universitarios, que ya hacen un sacrificio inmenso para que sus hijos tengan las oportunidades que ellos nunca tuvieron, seguramente ven con tristeza como sus retoños, movidos por las ambiciones políticas de algunos cabecillas, tiran por la borda los sueños de su familia por proporcionarles un mejor futuro.

Como es evidente en estos momentos el Estado tiene prioridades impostergables con la reconstrucción del país que quedó en el suelo con el terremoto del 27 de febrero y con los damnificados, que además de perder sus casas deben enfrentar las duras condiciones que les impone la llegada de las lluvias y el frio.

Creemos importante recordar a los estudiantes, que obviamente son un segmento privilegiado de nuestra sociedad, que su primer deber es responder a los sacrificios con que la familia les trata de dar herramientas para enfrentar el futuro, sin olvidar el compromiso con ellos mismo, tienen también una obligación con el país que hace un esfuerzo por ellos.

Creemos que es el momento de clarificar el porqué los sindicatos estudiantiles no atraen a la mayoría de los jóvenes, lo que es evidente, la respuesta es simple, porque sus directivos han perdido el foco de los problemas educacionales para centrarse en asuntos políticos, que pueden ser muy legítimos, pero que hipotecan el futuro de sus propios compañeros.

Los cánticos de sirena que han promovido distintas generaciones de dirigentes estudiantiles están a la vista de todos, un porcentaje, por cierto bastante alto, de nuestros profesionales son analfabetos funcionales, es decir no son capaces de entender un texto simple, otros, simplemente no tienen idea de las materias en las que se supone son doctos.

No nos dejemos engañar por directivos politizados, estamos jugando con el futuro propio de nuestros jóvenes y estamos tirando a la basura el destino nacional, que como es evidente, necesita de todos sus hijos para derrotar la pobreza que aflige a muchos compatriotas y dejar ese grupo poco selecto de los países subdesarrollados.

Seguramente estos cabecillas, que llaman a paros y movilizaciones, se apitutarán en alguna pega en la que recibirán el fruto de la vaca lechera que consideran es el Estado, y den por descontado ni se acordarán de haber conocido a quienes utilizaron como escalones para su ascenso en la vida pública nacional.