Nos preguntamos que esconden.
En casi todo el mundo está prohibido tener versiones distintas a las oficiales sobre el holocausto o publicitar los sucesos ocurridos el Alemania bajo la Administración del Tercer Reich, lo que nos lleva a preguntarnos que se esconde bajo esta anti-democrática censura a las ideas y al análisis histórico.
Se aduce que se han prohíbe estas acciones por considerarlas una apología al totalitarismo, es decir la versión oficial es la única verdad y la propagación de ideas cercanas al fascismo, nombre genérico que se dio en Yalta a todos los que se opusieran al dominio de los triunfadores de la segunda guerra mundial, es sancionada con penas de presidio.
Nos parece inconsecuente que bajo la declarada idea de defensa de las libertades se coarten los derechos democráticos, el derecho a disentir y a analizar, desde ópticas diferentes los sucesos del siglo recién pasado. Más grave nos parece que en esos mismos países de permita la propaganda de marxismo leninismo.
Nosotros creemos que tras esta prohibición hay intereses bastardos de algunos poderes fácticos, poderes ocultos, que se benefician teniendo a los pueblos sometidos y de otros que intentan propagar otras doctrinas totalitarias e intentan tapar algunas realidades, como las de Katín,, en las que se pretende cargar a otros el costo de crímenes propios.
Nos preguntamos cuántos Katín, lugar en que los soviéticos asesinaron a miles de oficiales polacos y se los cargaron a la cuenta del nazismo, hay ocultos en la tragedia que implico la segunda guerra mundial. Junto a lo anterior nos complica en no saber de nadie que se preocupe de las decenas de millones de muertos de los rojos.