Frei, el rostro del odio
La paja en el ojo ajeno.......
Por decirlo de una manera amistosa resulta grotesco ver como la concertación se ha lanzado en picada contra Piñera aseverando que la política y los negocios deben estar absolutamente separados, incluyendo en su campaña todo tipo de infundíos y descalificaciones.
Nos resulta extraño dado que el postulante a la Presidencia del oficialismo ha hecho una ficción de fideicomiso, entregando el manejo de sus intereses a su hermano, además del penoso espectáculo dado por la contratación de amigos y parientes en la Administración Pública.
Sin duda la transparencia no es una de las fortalezas de la concertación, como tampoco lo son las capacidades para realizar la pega asignada por el pueblo, la selección de colaboradores y mucho menos aún la honestidad.
Revisando estos casi 20 años de Gobierno se acumulan de manera impresionante las promesas no cumplidas, los fuegos de artificio con los que intentan tapar las inequidades cometidas, las inversiones extrañas y las metidas de manos en la caja Fiscal.
Nuestros Gobernantes han resulta ser eficientes solo en la construcción de programas de Gobierno atractivos y en venderlos con eslóganes pegadores, pero a la hora de los hechos han demostrado una sorprendente incapacidad que muchos sospechan es la formula para hacerse de los dineros públicos.
Estos defensores del pueblo, y severos críticos de los ricos, se han hecho millonarios a costa del pueblo, han resultado ser los protectores de las grandes empresas y han fomentado, de manera casi demencial, una aguda concentración de capitales que ha ampliado las brechas socio económicas.
En los periodos electorales han tirado la casa por la ventana en sus cuatro Administraciones para lograr que el sucesor sea de la misma tendencia, realizando monstruosas intervenciones electorales y dilapidando grotescamente los recursos del país en campañas políticas.
En las elecciones del 13 de Diciembre, fecha que esperamos sea fatal para el corrupto conglomerado que se ha instalado en La Moneda, tenemos la oportunidad de “despedirlos” con nuestros votos, sancionándolos por la brutal cesantía y la inseguridad provocada, además de los dolores causados a toda la ciudadanía.
Demostrémosles a los “concertados” que por buena fe nos pueden mentirnos varias veces, pero que es irracional pretender mantenernos engañados en forma permanente y lo que es peor vanagloriándose de su hazaña que les permite mantener los “pitutos” con que se arreglan los bigotes.
