Reflexiones carcelarias.....
Si la prisión es para redimir, las instalaciones penitenciarias debían tener soluciones de trabajo y de reeducación para todos los internos, bibliotecas, salas de clases y maestros, además de psicólogos, pastores religiosos, entre otros elementos educacionales.
Si las condenas son a perder la libertad, no es posible aceptar que el sistema, por falta de capacidad o de infraestructura, agregue a la condena impuesta por la Justicia una nueva sanción como es la vida en hacinamiento y en condiciones deplorables.
La falta de libertad solo restringe los movimientos, lo que hace incomprensible que en esta época de las comunicaciones se mantenga a los internos sin posibilidades de tener computadores conectados a la Red o que se les impida comunicarse telefónicamente.
La prisión es una desventura para aquel que ha trasgredido las normas legales, que ciertamente merece un castigo, pero a la vez es una tragedia para los familiares de quienes están en esta condición, que pierden al proveedor y se produce una diáspora de la familia.
Consideramos una barbaridad, propio de barbaros, que en las cárceles haya gente porque no ha tenido la posibilidad de defensa, muy corriente entre los presos, o por procesos Judiciales manipulados o que son el resultado una vergonzosa prevaricación.
