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martes, 25 de enero de 2011

La energía nuestra de cada día, por Mario Montes.


La energía nuestra de cada día,

por Mario Montes.




Sin duda alguna el tema energético será uno de los que acaparará la atención del país, del continente y el mundo, porque en la misma medida en que comienzan a escasear o a subir los precios de los combustibles sólidos, se hace más importante la búsqueda de alternativas que tengan alta productividad, escaso impacto ambiental y sea de costo atractivo.



El tema se complica con las visiones ecológicas extremas, que se oponen a la producción de energía utilizando los recursos hídricos, pero, también rechazan las centrales termoeléctricas, a carbón y/o de ciclo combinado y tienen una seria resistencia a las centrales atómicas, lo que como es obvio disminuye las posibilidades de autoabastecerse de energía eléctrica.



Es cierto que existen las alternativas eólicas, la que utiliza el movimiento de las aguas del mar, la geotérmica y la solar, las que si bien es cierto se deben utilizar, con suerte podrían llegar a satisfacer un porcentaje de un 20% de las necesidades energéticas imprescindibles para pasar a una nueva etapa de desarrollo y que este sea sustentable.



Es cierto que la energía hidráulica requiere la inundación de grandes extensiones de terreno, pero también es cierto que puede satisfacer plenamente el aumento de producción energético, con una producción limpia, dado que Chile cuenta con inconmensurables posibilidades y facilidades para lograr los objetivos de crecimiento.



La energía atómica, de gran capacidad productiva, es descalificada por los peligros que se sostiene puede acarrear, sobre todo considerando la sismicidad de nuestro territorio, la energía de centrales térmicas es inmensamente resistida por la contaminación, por la quema de combustibles fósiles, a las zonas aledañas a estas fabricas.



Es cierto que sería maravilloso poder mantener la Patagonia como territorio semi virgen, sin las necesarias represas para producir la electricidad que necesitamos para el crecimiento, pero, nos parece que es más importante poder dar oportunidades a nuestros jóvenes, a los que sin crecimiento condenamos irremisiblemente a la miseria.



Pensamos que no hay que cegarse por la multimillonaria campaña publicitaria, Patagonia sin Represas, que se dice sería financiada por el multimillonario Douglas Tompkins, para convencernos de no usar la principal fuente energética que posee el país, garlito en el que han caído muchos ciudadanos aburguesados que no dejan de contaminar con sus autos y calefacción domiciliaria.



El tema energético, cuya determinación está pendiente, compete solamente a los chilenos, sin la intervención de Tompkins, que ha cortado las posibilidades de conectividad a nuestro territorio austral y que ahora insiste en ponernos en dificultades moviendo sus influencias, y dinero, para sepultar las posibilidades de desarrollo nacional.