Al que le venga el sayo que se lo ponga....
por Mario Montes.
Sin duda mirando la naturaleza podemos ver que hay muchos ejemplares de aves que resultan ser verdaderos expertos en el arte del camuflaje y con ello logran sobrevivir a las acechanzas de sus depredadores naturales.
Un poco más cerca vemos que existen también humanos que se mimetizan con el ambiente para pasar desapercibidos, pero, que apenas pasa el peligro asoman como censores de los demás y muestran una valía que no tienen.
Con su salida del “closet” lanzan todo tipo de invectivas contra aquellos que han tenido posturas sólidas en la defensa de los valores propios y por medio de la manipulación intentan apoderarse de los esfuerzos de otros.
Generalmente son mediocres, con una aguda falta de creatividad y una escasez de principios que asusta, son valientes escondidos tras el teclado de un computador y sumamente activos en actos insignificantes.
Se arrogan representaciones que no tienen, poseen una sobreestimación de sus capacidades y una impactante dosis de ambiciones que tratan de ocultar aprovechándose de causas nobles.
No poseen una ideología definida, pero, con recortes desvergonzados intentan apropiarse de los éxitos de todos, pero claro utilizándolos con una abismante propiedad que oculta sus indefiniciones totales.
Con rezagos de diversas ideologías disimulan su absoluta falta de ideas propias e intentan convertirse en íconos de la pureza ideológica, cuando son solo unos malos copiadores y pésimos intérpretes del burdo plagio.