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martes, 8 de septiembre de 2009

Excelente análisis electoral......



El triunfo más cerca que nunca,
por Ignacio Rivadeneira.

Creo que fue un candidato a la presidencia de Estados Unidos el que, en un debate en televisión, señaló que en política “todos tienen derecho a tener sus propias opiniones, pero no sus propias cifras”. Más allá de los intentos desesperados del gobierno y el comando de Frei por intentar transmitir tranquilidad, lo cierto es que las cifras de la encuesta CEP de agosto permiten sacar varias conclusiones que invariablemente apuntan a que la alternancia en el poder y el triunfo de Sebastián Piñera están más cerca que nunca.

La principal, que hasta ahora jamás ha ocurrido que quien lidera la carrera presidencial, faltando sólo 100 días para la elección, no termine por ganar en las urnas. En esta encuesta, Piñera no sólo consolida su liderazgo sino que amplía su ventaja sobre Frei a 9 puntos. Esto representa casi 730.000 electores, cifra equivalente a todos quienes votaron en la segunda vuelta de 2005 por Bachelet o Piñera en las regiones primera, segunda, tercera y cuarta, sumados.

También es significativo el hecho de que un 49% de los encuestados declare que tiene decidido no votar por Frei. Esto lo pone en la necesidad de captar el 100% de su voto potencial, incluido el de los indecisos, para tener alguna posibilidad de ganar, lo cual es muy difícil, sino imposible, de lograr.

En tercer lugar Frei no sólo no sube, sino que su intención de voto baja desde un 30% a un 28%, misma cifra con la que terminó su mandato en marzo del 2000 y que lo convierte en el Presidente peor evaluado por la ciudadanía desde el retorno a la democracia. En este sentido, pareciera ser que la estrategia seguida hasta ahora por el comando de Frei de apostar todas sus fichas a intentar capitalizar la buena imagen de la Presidenta Bachelet, ha demostrado ser no sólo equivocada, sino también contraproducente.

Equivocada, porque no existe evidencia que demuestre que la aprobación del Presidente en ejercicio sea determinante en el resultado electoral. A pesar de la baja aprobación que tuvo Frei al término de su mandato, Ricardo Lagos logró un 49% en primera vuelta en 1999; y cuando éste último dejó su gobierno con un respaldo del 60%, la candidata Bachelet sólo alcanzó un 46% en diciembre de 2005. Y contraproducente, porque esta estrategia ha privado a Frei de la posibilidad de desplegar un perfil propio, un mensaje de futuro y una campaña más acorde a sus reales características y potencialidades. De hecho, mientras en esta encuesta el respaldo a la Presidenta sube, el de Frei baja. Si en junio prácticamente 1 de cada 2 personas que evaluaban positivamente a la Presidenta votaba por Frei, en Agosto esa proporción se redujo a casi 1 de cada 3.

Sebastián Piñera, por su parte, logra un avance sustantivo en la evaluación de todos sus atributos. A sus ya conocidas fortalezas para enfrentar los principales problemas que angustian la vida a los chilenos (delincuencia, desempleo, salud y la educación), en los cuales aventaja a Frei en casi 16 puntos en promedio, obtiene avances muy significativos en la evaluación que se hace de sus cualidades humanas. Sebastián Piñera es hoy el candidato más cercano a la gente, el que da mayor confianza a la ciudadanía, el que actuaría con mayor firmeza, destreza y habilidad frente a los grupos de presión, y el que da mayor seguridad a los chilenos; y alcanza a Frei en lo relativo a su preparación para ser Presidente y a su capacidad de unir al país. La importancia de la evaluación que los ciudadanos hacen de los atributos de los candidatos, radica en que se trata de un predictor muy certero del comportamiento electoral de los escasos votantes indecisos que van quedando. Lo esperable entonces, es que la subida en atributos de Piñera se comience a expresar en intención de voto.

La conclusión es clara. Mientras la campaña de Piñera empieza logra mostrar frutos tangibles, la de Frei retrocede. La pregunta para el candidato de la Concertación no es si la foto que representa esta encuesta se le tomó en un buen o mal momento para él, sino si vienen momentos mejores para su candidatura. Pareciera que no.